Fresas o frutillas, como quieras llamarles, nos encantan. ¿Conseguiste un buen precio? Que no se desperdicien, ya que duran relativamente poco. Aprende a congelarlas.

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Método 1

Para batidos, helados. Lavarlas bajo el chorro de agua fría sin quitarles el cabito, removiendo. No las remojes para que no pierdan sabor. Retirarlas del agua y secarlas con papel de cocina, sin presionar, o dejarlas secar al aire. Cuando estén bien secas, retirarlas el cabito con un cuchillo. Sacar también las partes que se vean marchitas. Se pueden congelar enteras o cortarlas en cuartos y ubicarlas en una bandeja que quepa en el freezer, si es posible separadas entre sí. Congelarlas unas 2 horas o hasta que se noten duras. Pasarlas enseguida a bolsas para freezer, etiquetar con la fecha y guardar.

Método 2

Para mousse o tartas. Luego de que estén lavadas y secas, cortarlas en trozos o aplastarlas con un pisapuré y espolvorearlas con azúcar. La proporción es 125 g de azúcar por kilo de frutillas. Remover para que se reparta bien el azúcar, y dejar reposar unos minutos para que el azúcar se disuelva. Ya se pueden pasar a bolsas para freezer porque el azúcar impide que se peguen. Duran 6 meses.

Método 3

Preparar un almíbar liviano con partes iguales de azúcar y agua, hirviendo todo junto entre 3 y 5 minutos. La proporción es de 125 cc de almíbar por taza de frutillas. Dejarlo enfriar por completo. Una vez que las frutillas estén lavadas, secas y cortadas, ponerlas en un recipiente hermético rígido, y agregar el almíbar. Remover y ya están listas para congelar.