No fueron tiempos fáciles para que Kily González se acomodó como entrenador de Unión. Debió sobrellevar muchos inconvenientes, pero a fuerza de trabajo y convicción goza de un presente interesante.

Le tocó venir para poner de pie a un equipo al que logró salvarlo del descenso en la última fecha de la fase regular. Y se sostuvo dejando en el camino adversidades tales como el reciente mercado de pases donde su equipo perdió dos titulares y no pudo reponerlos.

Afianzado en una idea con cinco hombres en el fondo, con una excelente preparación física y mentalizando a sus pupilos que todo es posible en cualquier cancha, el Tate salió de esa mini racha de resultados adversos para volver a sumar de a tres ante su gente.

De hecho en este recorrido por la Liga Profesional, sumó seis victorias y apenas dos empates en su reducto, poniendo de pie una localía a la que le costaba hacerla fuerte en sus primeros partidos.

Con 50 partidos cumplidos de manera oficial desde que tomó las riendas del plantel profesional, registra 16 victorias, 22 empates y 12 derrotas, reuniendo el 46,66% de efectividad.