Formación de Newell’s que venció por 4 a 1 a Argentino (actual G.E.R.) el 21 de mayo de 1905 por la fecha inicial de la Copa Pinasco de la Liga Rosarina de Football, fundada ese año. Luego el 18 de junio se impuso sobre Rosario Central por 1 a 0.

Leonardo Volpe / Especial para El Ciudadano

Mucho se ha hablado del primer clásico rosarino de la historia, pero poco se sabe en detalle sobre dicho partido, que apenas fue mencionado en su momento en la sección de sociales en uno de los diarios de la época. Posteriormente aparecieron más datos, que aumentaron la información que llegó a nuestros días.

Su exigua difusión se debió a que en ese entonces el fútbol todavía no gozaba de popularidad, que luego en los años venideros empezó a ganar de manera vertiginosa. Por ejemplo, ya para 1908 la actividad comenzó a tener cada vez más adeptos, que incluso generaban disturbios en las canchas, producto de su pasión desbordada. Por ejemplo, como ocurrió en el clásico del mencionado año, que se suspendió por incidentes.

Pero en 1905, las noticias de “football” (tal como era mencionado en la época) se publicaban en breves líneas en la sección de sociales.

De todas formas, se tiene absoluta certeza que el 18 de junio de 1905 en Plaza Jewell tuvo lugar un encuentro por la Copa Pinasco de la Liga Rosarina de Football entre Newell’s Old Boys y Rosario Central. Y qué ambos conjuntos se midieron por primera vez en un certamen oficial.

El enfrentamiento atrajo a un nutrido número de espectadores, que se congregaron en la cancha del Club Atlético del Rosario. Los mismos pagaron la entrada, que valía la módica suma de veinte centavos y se ubicaron al borde del campo de juego para presenciar la contienda. La siguiente afirmación se puede considerar cómo válida, ya que es posible afirmar por las fuentes escritas del momento que el cotejo reunió un buen número de personas, puesto que fue remarcado por el periódico que brindó la noticia. Por su parte, según consta en el acta de la Liga Rosarina, se había estipulado que se cobraran entradas accesibles para atraer más público a los partidos de fútbol. Asimismo, en una fotografía de la formación de Newell’s del 21 de mayo de 1905, que corresponde al debut del cuadro rojinegro en el citado torneo frente a Argentino (hoy Gimnasia y Esgrima de Rosario), se puede ver a varios particulares que se colaron en la foto, por lo tanto existe constancia que corrobora que esos encuentros fueron presenciados por hinchas.

Según se pudo extraer de las noticias meteorológicas publicadas en el diario El Municipio para ese domingo 18 de junio de 1905 la tarde se presentó nublada y con algunas lluvias. Un interesante dato que nos aportó el mencionado periódico rosarino. Esto nos permite saber cómo estuvo el clima ese día, pero del partido ni rastros, no figura ninguna información al respecto.

Los jugadores de Newell’s salieron al campo de juego de Plaza Jewell vestidos de rojinegro. En tanto es importante indicar que la camiseta que utilizó ese día Rosario Central fue azul con vivos amarillos, ya que por esos años era su indumentaria oficial. Cabe señalar que la tradicional casaca azul y amarilla a rayas verticales fue adoptaba posteriormente a partir de 1912.

La alineación de Newell’s Old Boys incluyó a José Caloso; José Hiriart, y Deolindo Barcelone; Wallace Wheeler, Agapito Balbiani y Guillermo Renny; Víctor Heitz, Guillermo Moore, Faustino González, José Viale y Patrick Lyons. Por su parte, Rosario Central alistó a Arthur Norris; Antonio Faggiani y Howard Grant; Juan Díaz, Alfredo Ellison y Harold Boan; William Whortley, Antonio Vázquez, Pedro Hearnett, Stanley Hooper y Percy Jones.

El diario La Capital publicó el 18 de junio en la previa del cotejo la formación de Rosario Central, mientras que dos días después, el martes 20 de junio, informó en unas breves líneas que fue un encuentro reñido, el resultado, el árbitro y la alineación de Newell’s que obtuvo la victoria. Pero no señaló quién fue el autor del tanto. Únicamente podemos leer allí “la nómina de los jugadores vencedores, siendo el score de 1 a 0”. Tampoco La Nación indicó el nombre del futbolista que marcó el único gol de la tarde. Incluso del partido en sí no publicó nada. Solo lo citó en una nota posterior cuando Newell’s se coronó campeón del torneo.

Por su parte, el diario La Prensa de Buenos Aires (que acostumbraba realizar algunas publicaciones deportivas) no mencionó ninguna noticia sobre dicho encuentro, mientras que el periódico La Argentina, también de la Capital Federal, que solía dedicarle algunas página más al fútbol, tampoco difundió las alternativas de la contienda jugada en Rosario, ya que ese mismo día el Nottingham Forest de visita en el país enfrentó en Buenos Aires a Belgrano Athletic Club. Dos días antes había realizado su presentación en Rosario, al medirse en Plaza Jewell frente a un combinado de futbolistas de Atlético del Rosario y Rosario Central. Los ingleses se impusieron con comodidad por 5 a 0 en un cotejo que tuvo una causa benéfica. El dinero recaudado en las entradas fue destinado a paliar la situación de los damnificados por las inundaciones provocadas por el desborde del río Paraná. Es importante añadir que debido a las grandes lluvias que azotaron Rosario y sus alrededores por esos días, el río aumentó notablemente su caudal de agua, generando serios daños.

Por otro lado, el árbitro del partido que prontamente se volvió clásico fue Ricardo Wilson Olavarría Le Bas, que además era jugador de Atlético del Rosario y presidente de la Liga Rosarina de Football. El cotejo comenzó con un primer tiempo disputado y equilibrado, donde ninguno de los elencos logró tomar ventaja. Fue en la segunda mitad del encuentro cuando la emoción alcanzó su punto culminante, con el gol del triunfo para Newell’s Old Boys, que se impuso por un ajustado marcador de 1 a 0.

La jugada decisiva se produjo cuando Víctor Heitz habilitó a Faustino González, quien aprovechó una oportunidad desde corta distancia para vencer la resistencia del arquero Arthur Norris y convertir el gol que aseguró la victoria para el equipo rojinegro. La pregunta es de dónde salieron éstos datos que aportaron más pormenores sobre la contienda.

Hasta aquí no se han encontrado fuentes escritas de la época que nos brinden más detalles del tanto del triunfo rojinegro. Ni mucho menos que el pase a Faustino González se lo dio Víctor Heitz. Éste último dato lo aseveró Cipriano Roldán en su libro Anales del Fútbol Rosarino, editado en 1959. También aseguró que el gol fue señalado desde corta distancia.

Por su parte en la edición número uno de marzo de 1930 de la Revista Rojinegro, órgano oficial del Club Atlético Newell’s Old Boys citaron a Faustino González como el autor del tanto del triunfo de Ñuls. Además, agregaron que la jugada que derivó en la única conquista de la tarde se produjo en el segundo tiempo. Si bien ésta fuente de información es 25 años posterior a los hechos, es importante indicar que cuando fue publicada la revista en 1930 estaban vivos la mayoría de los protagonistas. Incluso vivía el propio Faustino González, que junto a los demás jugadores pudieron haber brindado testimonios, que aportaron más detalles del partido que las escuetas crónicas de 1905. Por lo tanto existe un absoluto consenso entre los historiadores que señalan a la mencionada fuente cómo válida.

Luego Newell’s se consagró campeón invicto de ese primer certamen organizado por la Liga Rosarina de Football. De la siguiente manera obtuvo la Copa Pinasco, cuyo dinero para su elaboración fue donado por Santiago Pinasco, entonces Intendente Municipal de la ciudad de Rosario.

En definitiva el primer enfrentamiento por un torneo oficial jugado en 1905 entre Newell’s Old Boys y Rosario Central, se erige como un hito fundacional en la rica historia del fútbol argentino. Incluso a pesar de la escasa cobertura mediática de la época, las crónicas y testimonios que han perdurado hasta la actualidad nos ofrecen una ventana en el tiempo hacia aquel legendario partido. Cada detalle contribuye a enriquecer nuestra comprensión de este acontecimiento trascendental para la ciudad de Rosario, que 119 años después genera una pasión inconmensurable en los hinchas de ambos clubes.