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Sociedad 07.11.2022

MOSQUITOS

La deforestación y los incendios de las islas provocan la propagación

Un especialista reveló que el ecosistema se reseteó a cero tras la sequía. Los mosquitos ya están en Santa Fe, pero las libélulas surgirán y se equilibrará todo

Fuente: UNO Santa Fe

Los días de calor se están comenzando a sentir en Santa Fe y con él están viniendo los mosquitos. El conocido referente en temas ambientales a nivel nacional Jorge Cappato dio a conocer cómo se comportan y qué se puede esperar de estos insectos en el verano. Además, brindó una serie de recomendaciones para evitar la presencia de estos en los hogares.

—¿Podemos decir que ya hay una invasión de mosquitos en estos primeros días de noviembre?

—No hablaría de “invasión”, es un aumento poblacional normal de varias especies de mosquitos propias de nuestra región. Lógicamente se da con los primeros días cálidos y algunas lluvias después de muchas semanas sin llover. No vivimos en el desierto del Sahara. Estamos, afortunadamente, en una región de ríos, lagunas y humedales. Pedir que no haya mosquitos es como pedir que no nieve en Ushuaia. Por otra parte no debemos aumentar la sensibilidad pública ante estos molestos insectos y enfocarnos en brindar la mejor información.

 

 

 

 

 

El experto sostuvo que desde la llegada al mercado del DDT hace 70 años la gente ha sido “bombardeada” con una publicidad engañosa que hace creer a mucha gente que hay que fumigar y que esto terminará con los mosquitos. "En realidad ha ocurrido lo contrario, por dos razones. Una, los productos químicos han creado resistencia genética en todas las especies de mosquitos, como con las cucarachas, etc. Dos, los insecticidas matan también a los enemigos naturales del mosquito (libélulas, ranas, peces larvívoros, etc.), dejando campo libre para ellos y favoreciendo su multiplicación", precisó.

"La deforestación y los incendios de las islas y campos aumentan los efectos de la sequía (que se prolongará varios meses) pudiendo ocasionar la proliferación de mosquitos. ¿Por qué? Primero recordemos que el ciclo vital de los mosquitos se inicia en el agua (huevo-larva-pupa). De la pupa acuática, eclosionará el mosquito adulto, con alas. Pero, precisamente allí, en lagos y lagunas también tiene lugar el ciclo vital de otras especies (peces que devoran las larvas de mosquitos; batracios e insectos benéficos. Entre ellos, el gran enemigo natural del mosquito, las libélulas o alguaciles. La ninfa (acuática) de la libélula tiene un hambre insaciable de larvas de mosquito, es su alimento principal; puede comer cientos por día", explicó.

Contó que el mosquito pasa de huevo a adulto muy rápido, con calor en siete días, pero el ciclo del alguacil es lento, de dos a tres o más semanas para pasar de huevo a ninfa. Por eso, después una lluvia que vuelve a llenar charcos y lagunas, los primeros que llegan a adultos son los mosquitos y no hay enemigos naturales listos para frenarlos.

 

 

 

 

 

Foto: actipowertrap.es

Cappato sostuvo: "Esto puede pasar ahora, luego de esta sequía que reseteó el ecosistema a cero. Las libélulas recién se están desarrollando, pero los mosquitos ya están volando. Igual, tranquilos, dentro de unas semanas habrá libélulas comiendo mosquitos dentro y con suerte fuera del agua. La libélula adulta en vuelo también caza y devora mosquitos. Entonces hay que esperar que la naturaleza restablezca el equilibrio que se perdió con la sequía y la bajante del Paraná. La lucha biológica es la gran barrera antimosquitos y la única efectiva. Así lo explica la biología, la ciencia, y así son las cosas".

 

 

 

 

 

El especialista señaló que el Estado debe cuidar la salud pública y centrarse principalmente en dos acciones. Acciones de saneamiento ambiental, por ejemplo, que el agua corra en las cunetas, que los sistemas de desagües pluviales funcionen, que la forestación urbana se cuide y se sigan forestando las calles y avenidas donde el arbolado urbano es insuficiente. Esto ya que los árboles bajan el calor en las calles y viviendas, y el calor es un factor clave en el aumento de mosquitos. Segundo, el municipio debe tener un papel activo en la educación ciudadana, fomentando la participación de los vecinos; y en el control de las viviendas, negocios y baldíos. Es fundamental evitar la acumulación de basura criadero de mosquitos al juntar agua de lluvia, dentro y fuera de las viviendas, en gomerías, chatarrerías y en terrenos abandonados.

Al momento de dar recomendaciones para evitar la presencia de los mosquitos domésticos indicó que hay uno, el Aedes aegypti que se cría en las casas, patios, jardines y terrazas donde encuentra potenciales criaderos como recipientes con agua, incluso agua limpia donde deposita sus huevos (frascos, botellas, tanques, bebederos, plásticos y neumáticos tirados, etc.). "Todo esto debe ser entregado a los recolectores o retirado por el municipio. Ya que en caso de llegar a la ciudad personas con dengue, este mosquito puede transmitir la enfermedad. Las acciones preventivas deben hacerse todo el año", expresó.

 

 

 

 

 

"El municipio debe encabezarlas, no solo con el mejoramiento ambiental urbano. También motivando a los vecinos a participar, proveyendo materiales educativos (folletos, videos) para las escuelas, vecinales, comunicadores sociales, etc. Cuanto antes se haga mejor; no hay que esperar el riesgo de brotes epidémicos, cuando todo se vuelve más costoso y complicado. En Argentina tenemos la suerte de contar con el Grupo de Estudio de Mosquitos (GEM), en la UBA, dirigido por el doctor Nicolás Schweigmann. Es fundamental contar con un asesoramiento especializado, para no malgastar los recursos públicos y enfocar acciones realmente efectivas", cerró.

 

“Para ser irremplazable, uno debe buscar siempre ser diferente”

Coco Chanel