Este domingo, alrededor de las 1.30, en inmediaciones de calle Roverano y Centenario en la zona sur de la ciudad de Santo Tomé, desconocidos descerrajaron una lluvia de disparos contra las personas que estaban en la vereda y en patio interior de una vivienda que comenzaron a los gritos, lo que alertó a los vecinos, quienes llamaron inmediatamente para denunciar lo ocurrido al 911. Pocos minutos después arribaron oficiales y suboficiales del Comando Radioeléctrico y de la Subcomisaria 16°, que al llegar preservaron el lugar. Luego, al arribó de un médico en una ambulancia del SIES 107, llevaron a un hombre y a una mujer baleados al Samco santotomesino.

Una vez que llegaron al centro médico asistencial, ambos heridos fueron asistidos por los profesionales, que cuando los revisaron, supieron que el hombre a quien identificaron como Jonathan Antonio Enrique Moreyra de 26 años, estaba ya sin vida, mientras que su pareja, Laura Florencia Suárez de 26, presentaba un surco por el roce de un balazo en el rostro, y a ella le practicaron curaciones.

Investigación

Los policías de Orden Público y de Cuerpos que trabajaron en la escena del crimen de Moreyra preservaron el lugar de cualquier contaminación, y dialogaron con los vecinos de la populosa barriada. Así fue como supieron que los disparos contra la pareja fueron realizados por los integrantes de dos familias sobre las que mencionaron sus apellidos y que se trataría de una venganza por un crimen que le fuera achacado a Moreyra tiempo atrás. Con la llegada de las pesquisas de Homicidios de la Agencia de Investigación Criminal AIC, la información le fue compartida y ellos comenzaron con su trabajo investigativo.

Peritajes criminalísticos

Informaron la novedad sobre la ocurrencia a la Jefatura de la Unidad Regional I La Capital de la Policía de Santa Fe y éstos hicieron lo propio con el fiscal en turno del Ministerio Público de la Acusación, que ordenó que el cadáver del hombre asesinado sea llevado a la morgue judicial para la realización de la necropsia, y que además se realicen los peritajes criminalísticos en la escena del crimen. Este último trabajo fue realizado en la madrugada por agentes del área Científica de la AIC, los que secuestraron 14 vainas servidas de pistola calibre 9 milímetros, que es un arma de guerra, y dos ojivas deformadas.