Dos dirigentes del Club Atlético Colón y otras nueve personas, que integran la facción de la hinchada conocida como “Los de Siempre”, fueron imputados este miércoles en el marco de una causa que investiga las amenazas que sufrieron jugadores del plantel sabalero el martes de la semana pasada.

Al vicepresidente tercero Horacio Darrás y al vocal titular Lucas Paniagua se les atribuyó haber facilitado la formación de grupos destinados a cometer delitos en espectáculos deportivos y también encubrimiento. En tanto, a los integrantes de Los de Siempre se les endilgó ser parte de una asociación ilícita y se les imputó también la comisión del delito de amenazas coactivas.

De acuerdo con lo planteado por la Fiscalía, desde octubre de 2021, los dos dirigentes de Colón "facilitaron la formación y mantenimiento de grupos destinados a cometer delitos, lo cual está penado por la ley de Espectáculos Deportivos".

Según la acusación, Según los fiscales, “Paniagua mantuvo trato directo permanente con los líderes de Los de Siempre (la barra oficial) y de La Negrada (la barra disidente). Esa relación era conocida y aprobada por Darrás".

La Fiscalía sostuvo que “los dos dirigentes imputados proveyeron de indumentaria deportiva oficial del club para su reventa; carnet de socios y entradas para los miembros de las facciones y entradas para la reventa previa a los partidos”. En tal sentido, se indicó que “de esta manera, las autoridades de la institución pusieron a disposición medios económicos que permitieron la formación, mantenimiento y financiamiento de actividades delictivas”.

En la audiencia también se indicó que a uno de los jefes de Los de Siempre (Orlando "Nano" Leiva) se le pagaban periódicamente 150 mil pesos en concepto de ‘sueldo’ sin que hubiere contraprestación alguna”.

Asimismo, a ambos directivos sabaleros se les atribuyó el delito de encubrimiento por su accionar luego de las amenazas recibidas por el plantel en el predio "4 de junio", donde practica habitualmente.

"Darrás le indicó al manager Mario Sciaqua que debía ir a declarar a fiscalía pero de ninguna manera debía identificar a las personas presentes ni decir que escuchó amenazas”, afirmó la Fiscalía.

En el caso de Paniagua, se señaló que fue el encargado de transmitirle a Luis Miguel "Pulga" Rodríguez un mensaje enviado por el otro líder de Los de Siempre (Juan Abel "Quique" Leiva) que está detenido en la cárcel de Coronda: "No identifiquen a nadie. Sabemos dónde viven las familias de los jugadores y a qué escuelas van sus hijos”.

Posteriormente, los fiscales Laura Urquiza y Federico Grimberg imputaron a los nueve barras detenidos. Dos de ellos, los hermanos Leiva, fueron imputados cómo jefes de asociación ilícita y amenazas coactivas.

En tanto, otros cinco barras fueron imputados por los mismos delitos, aunque en calidad de miembros de la asociación; mientras que a los restantes dos se los acusó por amenazas coactivas y tenencia ilegal de arma de fuego, respectivamente.

En cuanto a la visita al plantel, los fiscales entendieron que cerca de cuarenta barras ingresaron a la práctica. "Intimidaron y agredieron físicamente a los jugadores. Exigieron dinero e indumentaria y los amenazaron diciéndoles que, si no cumplían, se las cobrarían con sus familias".

En cuanto al modus operandi previo a cada partido de Colón en condición de local, afirmaron que la barra recibía entre 100 y 400 entradas (con carnets de socios o códigos QR) y cantidades indeterminadas de indumentaria oficial y mochilas; ya sea para su uso o para reventa.

También se detalló que el jefe de Los de Siempre controla y autoriza a los cuidacoches y a la instalación de puestos de venta de comida, cobrándoles dinero para dejarlos trabajar.

Por último, el MPA enumeró todo lo secuestrado en los allanamientos producidos en el marco de la causa. Entre lo incautado se destacan: 277 prendas oficiales sin usar y el bolsas de fábrica (camisetas, shorts, camperas, buzos, mochilas, etc.), 12 entradas de cortesía, gran cantidad de carnets de socios que no pertenecían a las personas investigadas, una camioneta Renault Kwid, una moto, 30 celulares, una notebook, un arma de fuego, municiones, casi un millón de pesos en efectivo y drogas (580 gramos de cocaína y 100 gramos de marihuana).

El viernes, se llevarán a cabo sendas audiencias de medidas cautelares para determinar si los imputados continuarán el proceso judicial en libertad o tras las rejas.