Es comprensible que los padres quieran algunos lineamientos concretos acerca de cómo asegurar que la exposición de los niños a las pantallas sea sana y equilibrada. Sin embargo, en vez de enfocarse en la cantidad de tiempo que pasan así, podría ser mejor abordar su uso de medios de entretenimiento en términos de quiénes son, qué están viendo y cómo están interactuando con ellos.

Vos  conoces a tu hijo mejor que a nadie más y, por lo tanto, sos la mejor persona para decidir qué medios y cuánto consumo son los adecuados. Así que, por ejemplo, si tu hijo se siente ansioso, evitá las noticias o un video aterrador. Si le gusta la música, encontrá programación que incorpore el canto, como un musical con una banda sonora que puedan escuchar juntos más tarde.

En términos de contenido, la calidad importa más que la cantidad de tiempo o el tamaño de las pantallas. Esto es cierto si hablamos de niños de todas las edades. Para los más pequeños tratá de dar prioridad al contenido desarrollado por fuentes prestigiosas y recomendaciones basadas en la edad para películas, programas de televisión, libros, aplicaciones y juegos, y pueden ser buenos puntos de inicio para buscar ideas o saber más sobre los medios que ya están usando.

Algunos investigadores creen que es más probable que programas con un ritmo veloz y estimulantes a largo plazo detonen problemas de atención, a diferencia de los medios con un ritmo más lento y que son más familiares y causan menos distracción. Los mayores quizá recurran a los videojuegos, que, según expertos, no están asociados con comportamientos violentos. Recordá que los adolescentes que juegan títulos como Fortnite también están manteniendo relaciones sociales durante una época en que están limitadas las interacciones cara a cara.

Finalmente, el contexto también es importante. Interesarse en lo que están haciendo ayudará a mejorar su idea de autoestima. Eso no será posible si esperás que la televisión evite que tu pequeño se concentre en tu videoconferencia en Zoom. En esos momentos, los chicos también pueden conectarse en tiempo real con amigos u otros familiares usando aplicaciones como Caribu, que permite que lea un libro o coloree con alguien de manera remota.

Cuando puedas, ayudá a conectar el uso de medios de tu hijo con experiencias en la vida real haciéndole preguntas acerca de lo que está aprendiendo o viendo. Por ejemplo, ver un video de cocina y después llevar a cabo una actividad de cocina en familia. Para evitar las peleas, establecer y comunicar límites. Los chicos, sobre todo los más pequeños, a menudo quieren una estructura, especialmente durante épocas poco predecibles. Aún es bueno, por ejemplo, que todos eliminen su uso de pantallas durante al menos una o dos horas antes de ir a dormir para evitar impactar los ciclos de sueño.

De ser posible, pasen algo de tiempo afuera. Estar en el exterior puede aliviar el estrés, promover la salud cardiovascular y proteger de la fatiga visual. Puede ser útil para los padres ser el ejemplo del comportamiento que les piden a sus hijos. Considerá tomar una pausa de tus pantallas, creá nuevas rutinas y enfocate en costumbres sustentables y prácticas.