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Salud 20.06.2021

Las lesiones más frecuentes en accidentes de moto

Qué cuidados tener para prevenirlos a la hora de salir a la calle.

Fuente: Nexofin

Las abrasiones y las fracturas son las lesiones más frecuentes en los accidentes de moto, siendo las piernas la zona del cuerpo más afectada. No confiarse y cuidar al máximo las protecciones siempre, en cualquier circunstancia, es una regla de oro, ya que pueden ocurrir en cualquier momento y lugar.

El propio cuerpo es el chasis del motorista. Por ello, además de circular con cautela, ir convenientemente vestido y calzado, ponerse siempre guantes, cubrir toda la piel aunque sea verano, de ser posible con ropa acolchada, no dejar la piel al descubierto porque incluso las caídas más banales producen quemaduras y desguantamiento de la piel.

Las abrasiones son muy frecuentes, sobre todo en verano, debido a la fricción con el pavimento. Alrededor del 50% ocurren en piernas y del 30% en brazos y/o manos, aunque también se dan casos en la cara y el cráneo. La gravedad va ligada a la extensión y el principal riesgo es una sobreinfección bacteriana.

Las fracturas se producen también con facilidad. El ranking es miembros inferiores, traumatismos cervicales, miembros superiores y toracoabdominales. El motivo es que el conductor sale despedido de la moto y cae sobre estas zonas del cuerpo. La recuperación total es muy difícil, lo normal es que quede cierto grado de secuela.

La fractura de diáfisis femoral, por ejemplo, tiene una recuperación de aproximadamente 180 días, y la cojera, el dolor crónico, rigidez o pérdida del rango de movilidad son las secuelas posibles. La rotura de peroné también amerita de una recuperación prolongada, unos 250 días, puede necesitar cirugía y las secuelas son similares.

Los traumatismos craneoencefálicos son menos habituales que las fracturas de piernas y brazos, pero son más graves. Además, un tercio acontecen en un accidente de moto pese a que actualmente se ha generalizado el uso del casco. La mitad de los de carácter grave dejan lesiones cerebrales, que pueden ser paresias, déficit neuropsicológico, problemas cognitivos o secuelas de conducta.

Las lesiones medulares constituyen otro de los riesgos más importantes y que pueden resultar trascendentales. De los accidentados, el 23% sufren tetraplejia o paraplejia. Entre el 30% y el 50% de los accidentados sufren latigazo cervical. Es una afección de la que se pueden derivar dolor cervical, cefalea, limitación del movimiento, cuadros de vértigo o rigidez en los brazos.

Además de vestirse con un equipo de protección adecuado, de moderar la velocidad y no conducir bajo los efectos de ninguna sustancia tóxica, es importante vigilar al resto de vehículos y de usar un casco apropiado. El que más seguridad aporta es el integral monobloque porque es más estable y rígido, salvaguardando mejor el cráneo, mandíbula y barbilla.

Para cuando se produce el accidente no hay que aferrarse a la moto; buscar, si se puede, un lugar donde no haya obstáculos para caer; soltar el manillar, y pegar brazos y piernas al cuerpo porque la posición recta disminuye el riesgo de fractura.

“Buscar lo que es verdadero no es buscar lo que es deseable”

Albert Camus