Con la continuidad de Eduardo Domínguez prácticamente concretada –falta la firma, que no es algo menor–, la foto en Colón está puesto en las renovaciones de contrato de Luis Rodríguez y Leonardo Burián. Hoy con el arquero habría más expectativas que con Pulga, que dejó entender –y hasta se reunió– que lo de Atlético Tucumán es lo más firme. Pero hay otro también que finaliza su vínculo: Gonzalo Escobar.

Pocos reparan en su situación, pero la realidad es que existe una complejidad en la meta de la dirigencia de llegar a un acuerdo para que siga. Colón es dueño del 65% del pase (el 35% restante es de Temperley) y buscó en varias ocasiones retenerlo, porque es parte del patrimonio, sin embargo, los intentos fueron fallecidos. La relación con su representación no es para nada buena y eso aumentó las diferencias.

Gonzalo Escobar termina su contrato a fin de mes. Foto: prensa Colón

El lateral izquierdo, titular en la final ante Racing y campeón de la Copa de la Liga Profesional, considera insuficiente la propuesta, por lo que no hubo más avances. El club no estaría dispuesto a pagar lo que Gonzalo Escobar pretende, por lo que se entró en una historia que pinta para final de ciclo.

En el medio, surgieron rumores de que tendría algunas ofertas del exterior, pero esto ya habría quedado descartado. Como viene la mano, el zurdo quedaría libre, a sus 24 años (16 de marzo de 1997), algo que preocupa a Temperley, que podría perder el porcentaje que le queda, aunque en ese caso, habría que ver "la letra chica del contrato".

Esto no quita que de golpe y porrazo se refloten las tratativas. Más que nada, porque es un jugador que Eduardo Domínguez tiene muy en cuenta y le brinda soluciones. El tema es que Colón debería hacer un esfuerzo económico que, hasta el momento, no quiso.

Todavía hay margen para encontrar el camino entre las partes, pero si la cosa sigue así de fría, el futuro de Gonzalo Escobar comienza a estar fuera de Santa Fe