Alfredo Sadonio un bioquímico de la ciudad de Santa Fe, a quien detuvieron el 29 de diciembre del año pasado y luego acusaron de haber tomado parte en la planificación del atraco en el que perdió la vida el agenciero de turismo, Hugo Oldani, el 11 de febrero de 2020 vive realmente un calvario.

“Todo para mí comenzó en esta causa cuando en un megaoperativo me interceptan y allanan. Ese día justo llegaba a mi casa y decenas de policías con armas largas y chalecos antibalas me introducen en la farmacia que hace 33 años es propiedad de mi esposa, a la media hora nos leen la orden de allanamiento del juez. Todo fue un calvario, personas que revoltijearon mi casa se llevaron la computadora de mi esposa y su celular, las computadoras y celulares de mis hijos, los míos y todo el dinero que encontraron en la casa. Lo considero un saqueo porque ni siquiera nos dejaron un listado de lo que se llevaron. Después de ahí a mí me llevaron a Las Flores y estuve 10 días preso”.

Sadonio asegura que a él  llegaron porque  “Una de las personas que cometió el delito pide al fiscal Gonzalo Iglesias ampliar su declaración y el 7 de agosto lo hace en Tribunales donde le hacen armar un identikit. Él asegura allí que el día del delito pasaron por una farmacia y da detalles que sirven para con esos datos ir a la farmacia de mi esposa y esa fue la investigación de la policía”.

“En ese entonces yo tenía 59 años, mido 1.77 mts. y peso 77 kilos, soy morocho pero delgado, nada que ver al identikit pero pese a eso nos empiezan a investigar interviniendo los teléfonos y los perfiles de todas la familia en el servicio penal, en la AFIP en bancos donde no sacan ningún dato que me vincule a la causa, es más en ella no figura mi nombre. Pero el fiscal agrega que tiene más de 600 llamadas entre un teléfono a nombre de mi esposa y un teléfono a nombre de otra de las personas que fue apresada. Por eso me imputan, pero las llamadas se perdieron y ahora está investigando la auditoría del MPA” detalla el profesional.

“Las llamadas nunca existieron y ese día por la mañana yo no estaba en Santa Fe sino en Ataliva, donde trabajo como bioquímico, y la gente que ese día fue atendida fue convocada por el fiscal para declarar. Después de eso se hace una ronda de reconocimiento y ese hombre señala a otra persona que no soy yo. El que declaró que se había entrevistado con un petiso, morrudo y morochito en una ronda de reconocimiento señala a otra, no obstante todo eso a mí me dan la libertad pero con alternativa, estoy libre pero sigo vinculado a la causa”.

Al día de hoy las audiencias para lograr la desvinculación se siguen aplazando porque Iglesias aún sigue investigando, faltan las pericias de los elementos. “Nada de lo que se investigó desde el 7 de agosto se sumó a la causa por eso me llama la atención para decidir que esa era la farmacia y esa era la persona que buscaban”.

“Yo no conocía a Oldani, lo vinculé a otro negocio cuando me comentaron, no sabía a lo que se dedicaba. Mi caso fue raro, a mí me imputan diciendo que le di los datos para el asalto, que fui el cerebro del ataque. Cuando esto se aclare quisiera que no le pase más a nadie. Tengo todas las pruebas a mi favor y solo pienso en sacarme todo esto de encima” finalizó.