Estamos en primavera y para todos es una buena noticia, menos para las personas que sufren reacciones alérgicas en esta estación. Ellas saben que, con los días más cálidos, la floración de muchas plantas y el arribo de picaflores y mariposas, también llegan una serie de síntomas incómodos que deterioran su bienestar. La abundancia de polen y polvo en el aire dispara una respuesta excesiva del sistema inmune, con sus consecuentes molestias.

"Según el Reporte Mundial de Alergias de la Organización Mundial de la Salud, la rinitis alérgica es una de las afecciones crónicas más comunes a nivel global, y por lo general persiste durante toda la vida. Esta problemática afecta a más del 40% de los adultos", señalan desde la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria (AAMR).

 

Kale crespo ('Curled Kale') y kale 'Cavolo Nero' o piel de dinosaurio. Una planta crucífera de la que se consumen sus hojas cocidas al vapor o apenas salteadas en aceite de oliva. Fuente: Jardín - Crédito: Inés Clusellas.

 

Estornudos, tos e irritabilidad o picazón casi constante en la nariz, el paladar, el oído interno o los ojos tienen, según la AAMR, un elevado impacto negativo en la calidad de vida de quienes padecen alergias. Pero quien dispone de un espacio en el patio, balcón, terraza o jardín, debe saber que puede tener muy a mano verduras beneficiosas para su salud. La huerta, con sus productos recién cosechados y libres de agroquímicos, provee de soluciones sencillas para paliar algunos de estos síntomas.

 

• Comidas, especialmente caldos y sopas, que contengan brócoli, coliflor, repollo, apio, kale y espinacas, todos ellos ricos en ácido fólico y vitamina C, serán muy indicadas.

 

• Las tiernas hojas de ortigas, que hacen su aparición en esta estación, blanqueadas, hervidas o en caldos, tienen efecto antihistamínico.
• También están los ajos y las cebollas que son ricos en quercetina, un antioxidante con efecto antialérgico y muy fácil de incorporar en muchos platos crudos y cocidos.

 

 

Izquierda: ortiga. Se puede consumir blanqueada, hervida o en caldos. Derecha: cultivo de coliflor. Se siembran entre octubre y diciembre. Requieren pleno sol. Fuente: Jardín - Crédito: Archivo Jardín.

 

 

Brócoli (izquierda) y apio (derecha), otros dos aliados contra las alergias de primavera. El primero se siembra desde fines del verano y el segundo, entre septiembre y enero. Fuente: Jardín - Crédito: Inés Clusellas y Archivo Jardín.

 

 

Shiso, la albahaca japonesa con poder antialérgico y antiinflamatorio

 

Shiso, la albahaca japonesa que, con sus hojas suaves, onduladas y de bordes dentados, ayuda a paliar los síntomas de las alergias. Fuente: Jardín - Crédito: Gabriela Escrivá

 

El shiso (Perilla frutescens) es una hierba anual de origen asiático. Sus hojas son suaves, onduladas y con bordes dentados, otra aliada para paliar los síntomas de las alergias primaverales. La variedad más utilizada en cocina y medicina natural es Perilla frutescens var. crispa que tiene las hojas de color púrpura o tostado rojizo. Este color llamativo también le otorga un valor ornamental como contraste en los macizos de herbáceas. Tiene una altura de 60 a 80 centímetros. La floración no es llamativa, pero es muy atractiva para abejas e insectos benéficos. Se siembra en primavera, en almácigo o directamente en el suelo. Prefiere suelos fértiles y una exposición a media sombra en la huerta. Su sabor es algo picante, alimonado y con toques de canela.

Por Gabriela Escrivá, Técnica en Floricultura y Jardinería (UBA), especialista en huerta orgánica.