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Deportes 28.08.2020

El Orfeo Superdomo de Córdoba cierra por la pandemia

Afectado por la crisis económica fruto del brote de coronavirus en el país y tras cinco meses sin poder abrir, el estadio techado más grande del interior cierra sus puertas.

Fuente: TyC Sports

La grave crisis económica que atraviesa el país en medio de la pandemia de coronavirus continúa haciendo mella en los negocios y el último en sufrirlo fue el Orfeo Superdomo de Córdoba, que después de 18 años y mucha historia, anunció que cerrará sus puertas definitivamente.

"Al Orfeo no lo abro más. Voy a ver qué puedo hacer. No hay forma de bancarlo. ¿Sabés cuánto pago por mes para mantenerlo cerrado? 17 millones de pesos, porque a todos los impuestos los hay que pagar, hay que sumar los servicios. Es inviable", aseguró Euclides Tati Bugliotti, dueño del estadio techado más grande del interior de Argentina.

El Orfeo Superdomo de Córdoba cierra por la pandemia

Con capacidad para 10 mil espectadores, el Orfeo ha sido el escenario de varios eventos deportivos importantes. Allá por 2016, el mítico estadio albergó el Súper 4 de Básquet en el que el basquetbolista Carlos Delfino regresó a la Selección Argentina después de cuatro años sin poder jugar, fruto de varios problemas físicos que lo llevaron al quirófano en siete oportunidades.

En 2017, también supo albergar a la selección argentina de vóley por última vez en la Liga Mundial, en lo que fue un triunfo ante Bulgaria del equipo conducido en ese momento por Julio Velasco por 3-1.

El Orfeo Superdomo de Córdoba cierra por la pandemia

Además, fue escenario de eventos políticos y recordados recitales, como lo fue la oportunidad en la que, en 2016, el ahora futbolista de Juventus Paulo Dybala cantó con el italiano Eros Ramazzoti y hasta se animó a jugar un "cabeza" con el cantante.

 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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Ahora, después de cinco meses sin poder abrir fruto de las medidas de aislamiento preventivo aplicadas en el país ante el brote de coronavirus, Bugliotti tomó la decisión de decir basta y cerrar definitivamente sus puertas.

 

“Un libro no acabará con la guerra ni podrá alimentar a cien personas, pero puede alimentar las mentes y, a veces, cambiarlas”

Paul Auster