La entrega y la estrategia planteada a River no admiten discusiones. Si en la bolsa se mete la ida frente a Atlético Mineiro, está claro que dos producciones ejecutadas a estadio lleno en 72 horas, son de lo mejor de este proceso de Unión con Madelón e intérpretes nuevos.

Ya casi no se habla de Martínez, Gómez Andrade, Acevedo o Cavallaro. Los jóvenes empezaron a tener rodaje (Gerometta, Blasi, Calderón) y se mostraron a tono con los juegos ante adversarios de jerarquía.

Pero cuando los ecos de la Copa Sudamericana y el paso del puntero por la Avenida López y Planes, invitan a realizar otra lectura donde el equipo rojiblanco va camino a cerrar un pobre torneo, con apenas 23 puntos en 19 partidos, más partidos perdidos que ganados y más goles en contra que a favor.

Cuando se puso en marcha la Superliga 2019-20, la consigna era mejorar y llegar a la Copa Libertadores 2021. Con un certamen casero a punto de concluir, todavía quedarán 33 puntos en juego de la Copa Superliga. El Tate está a seis de Arsenal (29), que este lunes completa su partido con Talleres y es el último en ingresar a la Sudamericana. Y a nuevo de ese anhelo de poder jugar el mejor certamen internacional en esta parte del continente.

Entonces, dentro de ese balance con números en rojo, también hay un aspecto donde Unión demostró tener flaquezas y es el juego aéreo, donde los rivales de turno le anotaron 10 de sus 25 goles de cabeza. El primero fue propiedad de Fernando Márquez, apenas iniciada la temporada cuando los rojiblancos ganaron 2-1 en Santa Fe.

Ya en la 5ª jornada, con el equipo en su primer bajón pronunciado desde que Madelón tomó el equipo por tercera vez, Ángel Romero en la primera que tuvo a la salida de un córner apareció solo para poner el 1-0 de San Lorenzo sobre el Tate. Después con un par de expulsados, los santafesinos perderían 2 a 1.

En la salida siguiente, Unión fue goleado por Arsenal 4-1 y dos conquistas también llegaron de cabeza: Juan García en el amanecer del partido y Juan Kaprof en el inicio del complemento. Esa irregular que venía sosteniendo el equipo de Madelón se cortó con un empate en Santa Fe frente a Rosario Central, que representó 6 fechas sin caídas (tres empates y tres victorias), una de ellas con el 1-0 a Colón.

Después de batir al Gimnasia (LP) de Maradona en el Bosque, Unión volvió a carecer de resultados positivos y siguió sufriendo en el juego aéreo cuando lo atacaron. Independiente lo ajustició con Silvio Romero en el arco de la redonda, anticipando a toda la defensa.

Después de esa igualdad, Unión viajó al Florencio Sola y después de empezar perdiendo 1-0, incluso con la lesión de Nicolás Mazzola, el equipo se levantó para darlo vuelta 3-1. Pero no lo supo aguantar y debió conformarse con un empate 3-3. En ese partido también sufrió los embates aéreos de su adversario. Jesús Dátolo y Reinaldo Lenis se encargaron de desnudar los errores al momento de defender.

Había que pisar La Bombonera casi en el cierre de 2019 y de movida nomás a los pupilos de Madelón los sorprendieron en el amanecer del partido. Fue una de las actuaciones más flojas con 2-0 en contra. Luego un buen triunfo ante Huracán y empate con Talleres para buscar las vacaciones.

En ese barajar y dar de nuevo, con varias bajas y jugadores que se fueron sumando, en estos tres partidos a nivel local, Unión cosechó dos derrotas y una victoria. La primera fue en La Plata ante Estudiantes, donde nuevamente le volvieron a marcar de cabeza, por intermedio de Martín Cauteruccio.

Y lo más fresco, después de ponerse paradójicamente en ganancia por un cabezazo de Bou ante River, fue Ignacio Fernández el que vía aérea incrementó la lista de goles en contra que tiene Unión en la temporada 2019-20.

Lo más claro es intentar clasificar a la segunda ronda de la Copa Sudamericana, pero al menos en estos cuatro partidos que le restan de la Superliga, el objetivo será sumar, bajar la cantidad de goles en contra y focalizar el trabajo en una faceta donde no hace mucho tiempo atrás se lucía y no era tan vulnerable como viene sucediendo en la actualidad.