Cuando los días de calor son continuos y las temperaturas muy elevadas, debemos prestarles atención a los mayores y a los niños.

Se conoce como golpe de calor en niños a una alteración o desestabilización de la regulación térmica del cuerpo. Es, por tanto, una reacción del organismo que produce una pérdida excesiva de sales y agua debido a una exposición extrema al sol o al calor.

También se puede producir a causa de una deshidratación, lo que hace que la temperatura corporal se reduzca por sí sola. Los más vulnerables son los chicos y los ancianos, que tienen más dificultad para expulsar el calor del cuerpo.

Estas son algunas de las precauciones a tomar:

– Procurar que los chicos permanezcan en lugares frescos y bien ventilados.

– Vestir ropas amplias, de colores claros y, preferentemente, de algodón. La de color claro, como blanco o tonos pasteles sin estampados, puede ser de importancia a fin de prevenir las picaduras de insectos, en especial de mosquitos.

– Ofrecer líquidos de forma regular. Esto incluye agua y jugos naturales, evitando, en general, las bebidas azucaradas.

– En caso de los lactantes que están alimentándose con pecho, se puede aumentar la frecuencia de las tomas.

– Hay horarios, como entre las 10 y las 16 horas, en los que se desaconseja la exposición solar. Es deseable el uso de sombreros o gorras con visera, así como aplicar protector solar en zonas expuestas, aún en días nublados.

– Es de gran importancia el cuidado de los alimentos, ya que los mismos se descomponen rápidamente con las altas temperaturas. No deben quedar fuera del frigorífico para evitar cortar la cadena de frío.