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Salud 17.09.2019

Doce alimentos que no se deben comer crudos

Hay tener cuidado con ciertos microorganismos que pueden ser perjudiciales para el intestino

Fuente: Nexofin

Algunos alimentos crudos pueden llegar a ser muy peligrosos para la salud. Calentarlos, aunque sea unos minutos, siempre es una buena opción. El calor elimina los microorganismos vivos que son realmente malos porque nuestro cuerpo no es capaz de procesarlos fácilmente o porque pueden resultar hasta venenosos.

La nueva moda de raw food (comida cruda) ha encendido las alarmas debido al aumento del consumo de comida sin cocinar en el panorama gastronómico actual. A las personas que apuestan por tener una dieta basada en su totalidad en la ingesta de comida cruda se les llama crudívoros.

Para comer productos crudos tenés que tener en cuenta la calidad de los alimentos: deberán estar muy frescos y bajo estrictas normas de conservación y manipulación.

Si bien es verdad que hay productos, sobre todo las verduras, que es mejor consumir crudas para aprovechar todos los nutrientes, las bacterias de otros alimentos solo se pueden eliminar mediante la cocción. Lo natural no es siempre la mejor opción ni la más sana, debemos tener en cuenta que nuestros sistema inmunológico no está preparado para combatir ciertos agentes patógenos.

Aunque con el tiempo se han creado nuevos platos basados en la comida cruda que ingiriéndolos moderadamente no suponen ningún peligro, también hay ciertos ingredientes que bajo ningún concepto podemos introducir en una dieta raw food. Estos son alimentos que nunca debés comer sin cocinar:

Pescado

Todo el mundo ha oído a hablar del anisakis, un parásito que vive en el pescado crudo. Por eso es conveniente asegurarse de que esté en buenas condiciones antes de comerlo y, sobre todo, pasarlo por la sartén. Si querés comerlo crudo, asegurate de congelarlo muy bien antes, al menos tres días.

Huevos

Uno de cada 30 mil huevos contiene la bacteria de la salmonella y, aunque las probabilidades de que toque uno infectado son mínimas, nunca se sabe… Siempre será mejor pasarlos por la sartén y así evitar una salmonelosis, o lo que es lo mismo, vómitos, diarrea y dolor abdominal.

Castaña de cajú

Los que consumimos de bolsa, antes han sido cocidos. Los crudos pueden provocar dermatitis por urushiol, es decir, la piel muy irritada e inflamada.

Pollo

Cocinalo si querés evitar la salmonelosis y todos los síntomas que conlleva.

Berenjena

Contienen solanina, una sustancia tóxica que si se consume en crudo puede provocar grandes malestares digestivos.

Alubias rojas

Tienen un alto contenido en lectina, esta ataca al sistema digestivo si previamente no se han cocinado. Nauseas, vómitos, diarrea, gases, dolor de estómago… Lo mejor que podés hacer es huir de las harinas hechas con legumbres.

Carne de cerdo

La tenia, más conocida como la lombriz solitaria, mide entre tres a cuatro metros de largo y puede provocarte muchas molestias en el intestino.

Leche cruda

Es aquella que no ha sido pasteurizada. Las leches animales pueden contener bacterias muy peligrosas para el organismo humano como por ejemplo la salmonella. Puede ocasionar graves patologías gastrointestinales.

Papas

Tienen mucho almidón y esto puede resultar bastante indigesto causando desde unas ligeras flatulencias hasta una diarrea bastante grave.

Hongos

Algunos pueden ser difíciles de digerir y la cocción ayuda a descomponer las paredes celulares (que son más fuertes que las de las verduras y las frutas) para que el cuerpo lo digiera más fácilmente. Además, algunos hongos son muy tóxico y pueden ser mortales.

Aceitunas

Las que no han pasado por un tratamiento previo tienen una alta concentración de oleuropeína, una sustancia que le da un sabor amargo. Saltearlas y condimentarlas les quitará ese sabor tan desagradable y facilitará su digestión.

Brocoli y coliflor

Estas hortalizas tienen una alta concentración de oxalatos, una sustancia que dificulta la absorción del hierro y que con la cocción se disminuye considerablemente. Además, aprovecharemos mucho más los incontables nutrientes.

“Un libro no acabará con la guerra ni podrá alimentar a cien personas, pero puede alimentar las mentes y, a veces, cambiarlas”

Paul Auster