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Politica 13.09.2019

China y EE. UU. retrasan la imposición de más aranceles para suavizar su guerra comercial

El gigante asiático anunció que pospone la aplicación de determinados aranceles por un año, mientras que el presidente estadounidense, Donald Trump, también retrasó durante 15 días nuevas tasas a las importaciones chinas.

Fuente: france24 por Leonardo Niño

La guerra comercial entre Estados Unidos y China parece ir suavizándose con el paso de los días. Ambas partes decidieron retrasar la imposición de aranceles ya anunciados, en la antesala de la cita para negociar que tienen pactada para principios de octubre en Washington D. C..

China fue el primero en dar un paso en este nuevo periodo de distensión. En la madrugada del miércoles, anunció que posponía un año -hasta septiembre de 2020- la aplicación de aranceles a 16 productos estadounidenses, cuyos gravámenes estaba previsto que entrara en vigor el martes 17 de septiembre de 2019.

Cuando ya se conocía la decisión de la administración china, el presidente de EE. UU., Donald Trump, anunció en su cuenta oficial de Twitter que se disponía a retrasar 15 días, del 1 al 15 de octubre, la entrada en vigor de la anunciada subida de aranceles (del 25 al 30 %) a bienes por valor de 250.000 millones de dólares.

Esta iniciativa, según Trump, fue adoptada por su administración a petición del viceprimer ministro y líder negociador de China, Liu He, y como gesto hacia Beijing por el 70 aniversario de la fundación de la República Popular, que se celebrará justamente el 1 de octubre.

Beijing retrasó la aplicación de aranceles a 16 productos estadounidenses

Entre los bienes afectados por el retraso del arancel del 25 %, previsto para entrar en vigor el 17 de septiembre, están el alimento para peces, varios tipos de lubricante y materias primas necesarias para la manufactura de medicamentos contra el cáncer, según informó la Comisión Arancelaria del Consejo de Estado de China en un comunicado.

"La Comisión Arancelaria del Consejo de Estado seguirá llevando a cabo la eliminación de bienes gravados procedentes de EE. UU. y Canadá, y publicará a su debido tiempo la lista de las exclusiones", apuntó el comunicado oficial.

En cambio, los gravámenes empezarán a aplicarse la próxima semana tal y como estaba previsto a la soya, la carne de cerdo y los automóviles, entre otros productos.

El portavoz del Ministerio de Comercio de China, Gao Feng, dijo este jueves que las compañías chinas han comenzado a preguntar sobre los precios de las compras de productos agrícolas de EE. UU.

"(China) espera que ambas partes continúen reuniéndose a mitad de camino y adopten medidas concretas para crear condiciones favorables para las negociaciones", dijo Gao.

Los nuevos aranceles no son tan importantes, pero el retraso suaviza la guerra comercial

Aunque estos nuevos aranceles no son los más importantes en las relaciones comerciales entre China y EE. UU., el retraso en su imposición permitirá a las delegaciones de ambos países acudir a la reunión convocada en Washington a principios de octubre sin presiones adicionales.

Esta reunión, que se anunció hace apenas dos semanas, parece una de las últimas oportunidades para solventar la guerra comercial que mantienen ambas economías en un prolongado conflicto que ha interrumpido las cadenas de suministro mundiales y ha sacudido los mercados financieros.

La guerra comercial entre ambos países comenzó a principios de 2018 con las acusaciones del presidente estadounidense, Donald Trump, al gigante asiático de prácticas comerciales desleales y se recrudeció a mediados de 2019 cuando la crisis de Huawei introdujo la carrera tecnológica en el conflicto.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el presidente de China, Xi Jinping, posan para una foto antes de su reunión bilateral durante la cumbre de líderes del G20 en Osaka, Japón, el 29 de junio de 2019 (Imagen de archivo).

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el presidente de China, Xi Jinping, posan para una foto antes de su reunión bilateral durante la cumbre de líderes del G20 en Osaka, Japón, el 29 de junio de 2019 (Imagen de archivo). Kevin Lamarque / Reuters

El último episodio de esta guerra comercial ocurrió el pasado 1 de septiembre con la entrada en vigor de la subida del 10 al 15 % sobre importaciones chinas por valor de 112.000 millones de dólares. Está previsto que el próximo 15 de diciembre se aplique ese mismo incremento al resto de importaciones gravadas al 10 %, hasta alcanzar los 300.000 millones de dólares al 15 %.

Como represalia, China puso en marcha los aranceles de entre el 5 y el 10 % a productos estadounidenses valorados en 75.000 millones de dólares. Luego del anuncio, Trump advirtió que si es reelegido en las presidenciales de 2020 será "mucho más duro" a la hora de negociar un acuerdo comercial y que, "mientras tanto, la cadena de suministros" del gigante asiático se "desmoronará".

Y es que las tensiones comerciales entre las dos mayores economías del mundo van más allá de las relaciones bilaterales y tienen profundas consecuencias globales.

A propósito, el Fondo Monetario Internacional (FMI) rebajó sus proyecciones de expansión global al 3,2 % este año, una décima menos que en abril lastradas por las dudas sobre la posible solución de esta disputa, en sus últimas previsiones de crecimiento global, divulgadas el pasado julio.

“Buscar lo que es verdadero no es buscar lo que es deseable”

Albert Camus