La campaña de Colón en la Superliga es realmente muy pobre, está claro que el Sabalero vive dos realidades opuestas. Por un lado, el equipo que está en semifinales de la Copa Sudamericana y por el otro el que pelea para no caer en la zona del descenso.

Y precisamente la producción en el torneo local es el que lo obliga a sumar de manera urgente para fortalecer un promedio que genera preocupación. El elenco rojinegro dilapidó en la última temporada el buen promedio que obtuvo en las temporadas 2016/2017 y 2017/2018.

Sucede que la última Superliga fue realmente paupérrima, dado que Colón terminó en la 24ª posición cosechando 23 puntos en 25 partidos con una eficacia del 30,6%. Apenas ganó cuatro partidos y todos ellos en condición de local.

De hecho, el triunfo ante Gimnasia cortó una racha de 11 encuentros sin sumar de a tres, en ese lapso obtuvo cuatro empates y siete derrotas. Pero si se cuenta la Copa de la Superliga, serían 13 cotejos sin festejar, con cinco igualdades y ocho caídas.

Es decir que de los últimos 30 encuentros que disputó en la Superliga y Copa de la Superliga, Colón apenas ganó cinco partidos (Godoy Cruz, Newell's, River, Argentinos y Gimnasia de La Plata). En tanto que empató 12 y perdió 13 cotejos. Cosechó 27 puntos sobre 90 en juego con un promedio de eficacia del 30%.

Números alarmantes que llevaron al equipo a vivir una situación incómoda, de allí la impaciencia de la gente en el partido ante el Lobo y el desahogo que generó el gol de Morelo en el final.

Esa pelea entre algunos plateístas ubicados en el foso, con el cuerpo técnico y del que formó parte también Chancalay, habla a las claras del momento que vive el plantel.