Más allá de la clasificación a las semifinales de la Copa Sudamericana, con tres de los cuatro goles convertidos por delanteros, en Colón jamás abandonaron las negociaciones para sumar un centrodelantero, viejo pedido de Pablo Lavallén.

De los últimos nombres que se barajaron, por distintos motivos ninguna operación pudo prosperar, hasta que en las últimas horas pareciera reflotarse esa chance de ampliar el plantel, en este caso con un extranjero que no tiene lugar en su club.

Se trata de Jorge Daniel Benítez Guillén, conocido como Conejo, nacido el 2 de setiembre de 1992 en Asunción.

Comenzó a jugar en las inferiores de Guaraní y debutó en el año 2010 con 18 años, pero como jugaba poco, en 2013 pasó a Rubio Ñu, donde anotó su primer gol contra Olimpia, empatando 1-1. Volvió al Aborigen en el 2014 y allí marcó su primer gol con la casaca aurinegra.

Ese mismo año fue transferido al Olympiakos de Grecia en 3,4 millones de euros. Ya en 2015 fue transferido al Cruz Azul de México por 4 millones de euros, con contrato por 3 años. El año siguiente fue traspasado a Monterrey y este club lo cedió a Cerro Porteño por sus bajos rendimientos.

En ese momento apareció en escena Pedro Aldave, un empresario históricamente vinculado a Colón y de buena relación con el presidente José Vignatti. La operación se cristalizó pero con un alto salario que debieron soportar los guaraníes.

Ahora Cerro Porteño se armó de otra manera para encarar los compromisos y con la llegada de Miguel Russo, Conejo quedó sin lugar en la alineación paraguaya. En total, a lo largo de su carrera, Benítez sumó 52 goles en 149 partidos.

A Colón todavía le quedan un par de semanas para resolver la situación, especulando con su realidad en la Superliga y a la espera de conocer el rival que tendrá en las semifinales de la Copa Sudamericana.