"¡Dale campeón, dale campeón!". Los gritos retumban en las mojadas tribunas casi vacías del estadio Manoel Barradas, del club Vitória, en otra tarde lluviosa de Salvador de Bahía. Un grupo de los jugadores de la Selección festeja. Falta mucho para la final de la Copa América, pero los juegos que organiza el preparador físico Luis Martín para entrar en calor al inicio de las prácticas encienden a los futbolistas de la Argentina.

Las risas condimentan la competencia en cada ejercicio. Y la diversión le da una mano grande a la idea de generar un buen clima en este grupo que se está formando. En la tarde del martes, el profe dividió al plantel en dos. Cada banda debía formar un círculo y pasarse la pelota entre sí sin tocar el césped. Al que le tocara el octavo pase, tenía la misión de rematar y tratar de meterla en un arco diminuto ubicado a unos 30 metros. Los goles se festejaban como si se tratara del debut ante Colombia. 

Messi maniobra con la pelota. El 10 se prepara para el debut ante Colombia. (Juano Tesone, enviado especial)

El trabajo era por tiempo. El que tenía más puntería sería el vencedor. Gana 4-2 el equipo comandado por Nicolás Otamendi y estalla el festejo, mientras Lionel Messi y Sergio Agüero mastican bronca del otro lado. Pero hay revancha. Y la cara de perro vuelve a aparecer. Y después todo termina en aplausos, pero el clásico loco se arma en el círculo central y participa hasta el cuerpo técnico. No parece ser una puesta en escena para los 15 minutos abiertos a la prensa, todo se da de manera natural. Hay contagio. Se ve.

Scaloni habla y todos escuchan en la práctica de la Selección en Salvador de Bahía. (Juano Tesone, enviado especial)

Llega la orden y los periodistas abandonan el estadio. El cielo, que había dado una tregua, ataca de nuevo con gotas que empapan. A puertas cerradas, Lionel Scaloni repite la formación del lunes, que parece ir perfilándose para ser la del estreno. Armani; Saravia, Pezzella (ver aparte), Otamendi, Tagliafico; Lo Celso, Guido Rodríguez, Paredes; Messi, Agüero y Di María (pelea un lugar con Matías Suárez).

Salvador de Bahía. Enviado especial.