Los precios de los combustibles de las petroleras YPF y Shell aumentaron 1,5% a partir de este sábado, a pesar de que el Gobierno prorrogó la entrada en vigencia de un impuesto.

La suba de nafta y gasoil se produce en un contexto en el que las petroleras intentan recuperar parte de la rentabilidad perdida por la devaluación.

Se estima que las compañías del sector aún deberían remarcar sus precios alrededor del 8% por la constante depreciación del peso en relación al dólar.

Los precios del petróleo crudo cayeron 5,5% en el caso del WTI y 3,3% en el Brent, en reacción a la tensión comercial de Estados Unidos con México, uno de los mayores exportadores de crudo, después de que el presidente Donald Trump anunciara nuevos aranceles contra la inmigración.