Le bastaron cuatro partidos a Pablo Lavallén al frente del plantel para afirmar lo siguiente "En el fútbol la cabeza es más importante que los pies y hoy está bloqueada. No podemos depender de hacer un gol para jugar liberados. Es un equipo paralizado".

Para luego agregar "No podemos controlar la cabeza, tendremos que trabajar hablando, se los vio muy atados y paralizados, no fue lo que demostraron en la semana, a la hora del partido nos juega en contra esa ansiedad por convertir un gol".

Palabras más palabras menos lo que afirmó en su momento Comesaña, aunque el uruguayo no fue políticamente correcto "Para mí tienen temor de jugar. Yo aspiro a que se despierten, a que se valoren. Tenemos que reaccionar”.

Y siguió: "Miremos las campañas de Colón y es más de lo mismo. Colón lleva 100 años de historia, cuántos técnico pasaron y siempre le fue mal”. Esa última frase fue la que más pegó en el mundo sabalero y que comenzó a marcar la despedida de Comesaña.

Mientras que en el final del 2018 y luego de ser goleado por Defensa y Justicia, Esteban Fuertes técnico interino manifestó: "Al parecer la comodidad a muchos jugadores le cae maly los dirigentes tendrán que saber quiénes quieren seguir".

"Hay veces que la comodidad te juega una mala pasada. Creo que lo mejor es no pensar en nombres rutilantes porque es lo peor que te puede pasar, hay que traer jugadores con hambre de gloria".

Por su parte, Eduardo Domínguez decidió renunciar luego del empate ante Estudiantes, ya que dos fechas antes en el partido ante Huracán gritó a viva voz "Son unos cagones", luego de que el Globo le diera vuelta el resultado.

Así las cosas, todos los DT que dirigieron a Colón en esta Superliga coincidieron en el diagnóstico y apuntaron a la cuestión mental y anímica del plantel.

Está claro que no se trata de una casualidad y no es común que en tan poco tiempo varios técnicos tengan el mismo diagnóstico. Por ello, los dirigentes deberán tomar nota pensando a futuro para no repetir los errores en el armado del plantel.