Este fin de semana se produjeron dos accidente en Buenos Aires que se cobraron la vida de cuatro personas. En uno de los siniestros estuvo implicado el exfutbolista de Unión y Boca, Nahuel Zárate, quién embistió a gran velocidad a un taxi provocando la muerte de los dos pasajeros.

Para dialogar sobre este tema, "Línea Abierta" (FM 101.3) se comunicó que Fabián Pons, presidente del Observatorio Vial Latinoamericano (OVILAM)

"Cada vez que hay un siniestro se mal informa diciendo que el vehículo venía a 190 kilómetros por hora porque el velocímetro quedó clavado en esa velocidad, quedó en 190 como podría haber quedado en 20 o en 150, después del impacto la aguja queda en cualquier lado, ese dato no sirve para nada", comenzó su alocución Pons y específicamente sobre el caso de Zárate reveló que "sí se nota un gradiente de velocidad que es la diferencia de velocidad entre el vehículo embestido y el embistiente, es una magnitud que fácilmente va a poder determinar la pericia porque como se tiene una filmación y puntos de referencias como los postes de alumbrados fácilmente se puede saber qué cantidad de cuadros por segundos pasan en la filmación y se determina la velocidad que venía el vehículo que conducía el exjugador de Unión y de Boca".

Respecto a cuál es la velocidad que se permite en el país, el presidente de OVILAM explicó que "todo depende del tipo de vehículo y por dónde se transite, un auto particular en una calle son 40 kilómetros por hora, en una avenida son 60, en ruta son 110 kilómetros por hora, en una autovía 120 y en autopista 130, salvo indicación de lo contrario, la cartelería (...) En el resto del continente, los valores son más bajos, en general no están pasando los 110 ó 120 kilómetros por hora a nivel mundial".

Sobre si es posible que las automotrices fabriquen vehículos que no superen 140 kilómetros, Pons señaló que "como primera medida existe en la legislación argentina una disposición que no se pueden vender vehículos que sobrepasen en un 50 por ciento la velocidad máxima permitida por ley, 195 kilómetros por hora, ahora si lo vemos por otro lado, los mismo vehículos que se venden en la Argentina también se venden en Alemania, Italia, Estados Unidos o en Japón, siempre decimos que el problema no está en la máquina sino en el tonto que la maneja, el tema es si se hace uso o abuso de esas prestaciones que tiene el vehículo”.

“Perfectamente se podrían poner limitadores de velocidad, técnicamente es más que factible, de hecho, se hizo en su momento con los vehículos de larga distancia, pero hay una cuestión que no es menor, en el caso de estos dos siniestros por más que hubiésemos tenido limitada la velocidad a 130 kilómetros por horas hubiesen muerto igual las cuatro personas porque se dio en un ámbito que no era de velocidad plena”, manifestó Pons.

Aunque aclaró que "un impacto a 100 kilómetros por hora, la capacidad de sobrevida es prácticamente nula, de un vehículo a otro, entonces ahí tendríamos que establecer velocidades mucho más bajas”. 

En tanto, reconoció que "hay cuestiones que son bastantes contradictorias entre los límites que le ponemos a un tipo de vehículo y la permisibilidad que tenemos con el uso de ciertos vehículos en ciertas zonas (como motos o bicicletas) la convivencia en la misma traza de vehículos de distinto porte es muy peligrosa”.