El tandilense actuó en Acapulco (ganó el título), pero se borró de Queens, antes de Wimbledon, y durante la semana de Washington optó por jugar en Los Cabos, un ATP de la serie 250. Luego del US Open tiene previsto jugar en los ATP 500 de Pekín y Basilea, pero en el mejor de los casos solamente podrá sumar tres torneos dentro de esa categoría.

A partir de su condición de top 30 (como terminó el año pasado), el tandilense tiene una serie de torneos obligatorios que disputar en esta temporada. Si bien se toman para el ranking los 18 mejores resultados, en el caso de los top 30 los 18 torneos tienen incluidas varias competencias cuyos resultados se toman indefectiblemente en cuenta, aun cuando el jugador no los haya disputado. En ese contexto, un top 30 está forzado a incluir en su calendario los cuatro Grand Slams, ocho de los nueve Masters 1000 (solo Montecarlo no es obligatorio) y cuatro torneos ATP 500; para completar entonces los 18 mejores resultados, le quedan disponibles un par de torneos 250.

En el caso de Del Potro, lo que cuentan entonces son los puntos sumados en Grand Slams (1890 puntos), los 8 Masters 1000 (2215), ATP 500 (800) y el resto (550). Así se llega a los 5455 que reúne este lunes.

Sin embargo, más allá de las obligaciones para los Top 30, hay jugadores que por distintos requisitos ya están exentos de jugar, por ejemplo, los Masters 1000. ¿Cuáles son esas cláusulas que reducen el compromiso? Deberán alcanzar cada uno de los siguientes puntos: sumar por lo menos 600 partidos en el nivel ATP (1), contar con 12 años de profesional (2) y tener 30 años de edad (3). Rafael Nadal y Roger Federer, por caso, ya ostentan ese beneficio. Pero todos, vale tenerlo en cuenta, están obligados a disputar los cuatro torneos de Grand Slam.