A dos meses de su realización, la Cumbre de las Américas se está convirtiendo en un polvorín a punto de estallar en un conflicto diplomático. El venezolano Nicolás Maduro insiste en participar del cónclave pese al rechazo a su presencia manifestado por otros mandatarios de la región, lo que este miércoles generó un duro cruce de acusaciones.

“Llueva, truene o relampaguee, por aire, tierra o mar llegaré a la Cumbre de las Américas con la verdad de la patria”, provocó en la mañana Maduro a sus colegas regionales y, especialmente, al peruano Pedro Pablo Kuczynski, anfitrión del evento, quien anunció esta semana que el mandatario venezolano no será bienvenido.

La respuesta de Lima llegó por la tarde. “Un jefe de Estado no llega a un país sin una invitación, entonces él no puede llegar a pisar suelo peruano sin una invitación”, replicó enfática la jefa de Gabinete peruano, Mercedes Aráoz, alimentando la disputa.

“¿Me tienen miedo? ¿No me quieren ver en Lima?”, increpó Maduro a los presidentes sudamericanos a quienes exhortó a discutir las “verdades nuestras”. Además, en tono despectivo, dijo que Mauricio Macri, Juan Manuel Santos (Colombia) y Kuczynski deberían hacer un “curso básico de democracia y tolerancia ideológica y política”.

La enemistad entre Maduro y estos tres mandatarios, grupo al que hay que sumar al brasileño Michel Temer, viene de hace rato. Aunque se agudizó con la deriva autoritaria que tomó el gobierno del venezolano al anticipar las elecciones nacionales para el 22 de abril próximo, pero sin permitir la presentación de los principales candidatos opositores, quienes están proscriptos.

El adelanto de los comicios se dio luego del fracaso de las negociaciones que mantuvieron por más de un mes el chavismo y la oposición venezolana en República Dominicana con el apoyo de la comunidad internacional. El Grupo de Lima, que agrupa a unos 14 países de la región, exhortó a Venezuela a presentar un nuevo calendario electoral y permitir la participación de todos los actores políticos del país. Maduro rechazó de plano la propuesta.

El martes pasado se reunieron los cancilleres del Grupo de Lima y resolvieron rechazar la presencia de Maduro en la octava Cumbre de las Américas, que tendrá lugar en Lima entre el 13 y el 14 de abril.

La decisión se tomó con base en la declaración de Quebec de 2001 “que señala que la ruptura de la democracia constituye un obstáculo insuperable para la participación de un Estado en la Cumbre de las Américas”, afirmó la ministra de Exteriores del Perú, Cayetana Aljovín.

El gobierno venezolano ya había protagonizado un escándalo de similares características hace dos años, aunque con otro organismo sudamericano, el Mercosur, y la ejecutora fue la entonces canciller Delcy Rodríguez.

Pionera. Delcy Rodriguez actualmente es la presidente de la Asamblea Constituyente de Venezuela. AFP

En diciembre del 2016, después de que Caracas fuera suspendida del bloque, Rodríguez dijo que igual iba a participar de la reunión programada por sus miembros en el edificio del Ministerio de Relaciones Exteriores de Argentina. “Si nos cierran la puerta, entraremos por la ventana”, sostuvo, e ingresó a la fuerza en el salón del encuentro. Pero no fue bien recibida: los cancilleres de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay abandonaron el lugar y la dejaron sola, en una situación ridícula.

Esta Cumbre de las Américas reavivó las tensiones y promete convertirse en otro escándalo. El escenario en Lima ya se anticipa controvertido: diversos partidos peruanos convocaron a una manifestación para el 12 de abril, vísperas de la Cumbre, en rechazo a Maduro y su régimen.