Luego de dos temporadas estivales difíciles, según pudo comprobar UNO, los representantes de los complejos de cabañas ubicados en el corredor de la costa santafesina esperan tener ocupación plena para el próximo fin de semana largo de Carnaval (previsto desde el 10 al 13 de febrero). La expectativa llega de la mano del gran número de reservas que la mayoría ya registra, sumado a la gran demanda de consultas que recibieron por estos días, no solo para esta fecha sino también para lo resta del verano.

"El movimiento es muy bueno, mcho más de lo que tuvimos en los últimos dos años donde la ocupación bajó muchísimo inclusive en estas fechas. Ahora se nota un repunte", dijo Guillermo Kees, un miembro de la Comisión de Turismo de la Costa.

En ese sentido el cabañero indicó que gran incidencia sobre ese resultado tiene la poca variación de precios que existe entre los costos de estadía del año pasado y este. "El incremento de las tarifas es casi imperceptible", afirmó, al tiempo que detalló que actualmente se debe abonar en promedio entre $1400 y $1700 por una cabaña para cuatro personas tanto en los complejos de Cayastá, Helvecia, Santa Rosa de Calchines, San Javier y su zona aledaña.

"Esta tendencia ocupacional positiva comenzó para Año Nuevo y nos hizo suponer que iba a seguir así e iba a estar bien este mes de enero y creemos que seguirá la misma tendencia en febrero", agregó Kees.

Siguiendo esta línea se animó a decir que "este verano está mejor que el pasado, hay otra sensación en la gente, pero sobre todo está acompañando muy bien el clima", aseguró y luego continuó: "Cuando hace mucho calor en la ciudad, la gente se escapa y se viene para la costa. El año pasado el río estuvo crecido y además hubo una tormenta fuerte que hizo que la gente eligiera otras opciones por eso no nos fue tan bien".

Virtudes y cualidades

En general, los visitantes de estos complejos son turistas amantes de la pesca, la naturaleza y tranquilidad que se respira en la zona. Por ello es que además del alquiler de la cabaña, la mayoría tiene en cuenta el gasto que implica realizar un paseo por el río de la mano de algún lugareño que ofrece guía.