Martes, 19.50. En la avenida López y Planes, a tres cuadras de la cancha de Unión, un motociclista para en el semáforo junto a los autos. Espera 2 segundos, adelanta un poco la moto y mira si viene alguien por la calle transversal. Acelera, cruza la luz roja y sigue. En Santa Fe a nadie puede sorprenderle la escena: pasa todos los días y es un hábito peligroso. 

En López y Planes, Blas Parera y Gorriti —por citar algunas avenidas—, los motociclistas hace rato que perdieron la paciencia y se comportan como si el semáforo fuera para los demás (también lo hacen algunos ciclistas). ¿Será que se sienten impunes? ¿Por qué no cumplen una norma tan básica como respetar las luces del semáforo?

Quizás, lo que deberían saber es que a la hora de circular por las calles y avenidas de la ciudad no hay nada más peligroso que hacerlo en moto. En 2014, 2015 y 2016 —los últimos tres años con cifras “consolidadas” (confiables)— de las 216 personas que murieron en accidentes de tránsito 136 fueron motociclistas en el Departamento La Capital 136 (62%), según las estadísticas del Observatorio Vial de la Agencia Provincial de Seguridad Vial (APSV).

Al analizar la progresión año por año, los datos marcan que en 2014 de las 81 personas que fallecieron en accidentes 54 circulaban en moto (66%). En el 2015 de las 72 víctimas fatales, 44 eran motociclistas (61%) y en 2016 la correlación fue: de las 66 muertes 38 eran motociclistas 

Son cifras que reflejan lo que sucede en Santa Fe y también incluyen a Rincón, Recreo, Santo Tomé y otras localidades del Departamento La Capital. En el informe Santa Fe Cómo Vamos, que elaboran los equipos técnicos de la Municipalidad de Santa Fe y la Bolsa de Comercio, se analiza la evolución de los accidentes de tránsito específicamente en la ciudad, también en base a las estadísticas de la APSV.

Un dato interesante que surge del análisis es que en el 2016 el 57% de las víctimas fatales en accidentes de tránsito eran hombres que se trasladaban en motos en la ciudad. El total de personas fallecidas en siniestros viales en la ciudad ascendió a 40 ese año y 25 eran motociclistas.

Baratas y en cuotas

Las ventas de motos se dispararon en los últimos 15 años. Son relativamente baratas, se pueden comprar en cuotas y funcionan con muy poco combustible. Son el medio de transporte más elegido en los barrios porque implica un ahorro importante en los costos, que es competitivo incluso contra el transporte público (sobre cuando la familia tiene varios miembros).

A pesar de que es un vehículo como máximo para dos personas, son muchos los padres que llevan a sus hijos en moto al colegio, a la costanera y hasta a los cámpings de la Costa. Ahorran plata pero corren más riesgos. 

El transporte y los flujos de tránsito forman parte de un sistema. Por eso, las políticas que estimulen un mayor uso del transporte público —que sea eficiente, confiable y barato— y la creación de más redes de ciclovías y bicisendas —seguras y respetadas por los otros vehículos— puede reducir el uso de las motos y tener un impacto sensible en las cifras de mortalidad, en las que los motociclistas son protagonistas (cada 10 víctimas fatales, 6 circulaban en motos).

La mortalidad en accidentes descendió

Cuando se comparan los datos de los últimos tres años “consolidados”, hay una disminución de los accidentes con muertes en la provincia, en la ciudad y en el Departamento La Capital. 

Lo destacaron desde el Ministerio de Seguridad provincial —a principios de enero— al presentar el informe sobre siniestralidad vial. En el 2013 habían muerto 732 personas en accidentes en la provincia y bajaron a 491 en el 2016. Es un 32% menos (el dato provisorio de 2017 es de 430 víctimas fatales, pero todavía falta terminar de cruzar la información para que sea confiable).

En el Departamento La Capital, la cifra de muertes en accidentes bajó un 18% en tres años, al pasar de 81 personas (2014) a 66 víctimas fatales (2016). En la ciudad, las víctimas fatales en accidentes fueron 52 en 2014 y 40 en el 2016 (23% menos). Desde el Ministerio de Seguridad destacaron que la reducción de la mortalidad, además, se logró a pesar del crecimiento del parque automotor y de la población.