Se crió en las mismas calles del barrio Las Flores; incluso con varios tiró paredes en las canchitas del barrio. Y esa relación lo llevará a declarar el 11 de diciembre a las 15 horas en el megajuicio oral y público que comenzó en el Centro de Justicia Penal de Rosario. Ángel Correa, atacante del Atlético Madrid con pasado cercano en la Selección, es uno de los 280 testigos en la causa que tiene 25 imputados y a la familia Cantero, que impuso con mano de hierro y violencia el negocio del narcomenudeo en Rosario, en la mira.

 

 

 

 

 

Correa, de 22 años, era vecino de "Los Monos" en la barriada del Sur de Rosario. "Angelito" comenzó a formarse en el club Alianza Sport, ubicado en la calle Gutiérrez al 2.000, que era regenteado por Francisco Lapiana, el empresario acusado de manejar el pase de 160 futbolistas, cuyos pases habrían sido adquiridos con dinero de la banda, con fines de lavado. En 2007, el zurdo pasó a las Inferiores de San Lorenzo, que se quedó con el 60% de la ficha. Lapiana retuvo un 30%. El cazatalentos también vio pasar por su club a César "Chelito" Delgado, ex jugador de Rosario Central y la Selección, y a Éver Banega. De hecho, en enero de 2008 se presentó reclamando un porcentaje del pase del hoy futbolista del Sevilla cuando el rosarino fue vendido de Boca al Valencia de España en 26 millones de dólares.

 

 

 

 

 

 

 

Cuando la conexión "Los Monos"-Correa comenzó a hacerse cada vez más pública, se dieron a conocer grabaciones judiciales en las que el propio jugador hablaba con integrantes de la banda indicándoles dónde podían retirar entradas para verlo jugar en San Lorenzo o las pulseras para el estacionamiento del estadio. A su vez, hay conversaciones entre Lapiana y Ramón Machuca, alias "Monchi" Cantero, hablando sobre el pase del delantero. Cuando fue vendido al Atlético Madrid en 7 millones de dólares, el entonces juez de la causa, Juan Carlos Vienna, embargó el monto correspondiente al 30% de Lapiana, justamente, por las sospechas de vinculación con "Los Monos".

 

 

 

 

 

Así, Correa, de origen humilde y con varios obstáculos sorteados en su vida (como una operación de corazón que casi lo margina del deporte) deberá presentarse a declarar y volver a ver cara a cara a muchos de sus ex vecinos de Las Flores. Pero en un contexto muy diferente.