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Politica 04.06.2017

Malestar de Carrió y la UCR por la designación de Faurie

Reprochan no haber sido consultados y miran con desconfianza el pasado menemista del nuevo ministro

Fuente: La Nación

Ricardo Lorenzetti, presidente de la Corte Suprema. Silvia Majdalani, número dos de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI). Daniel Angelici, presidente de Boca y operador extraoficial de Mauricio Macri en la Justicia. El peronista Cristian Ritondo, ministro de Seguridad bonaerense. Jorge Macri, primo del Presidente e intendente de Vicente López. A todos los une un denominador común, son víctimas de la embestida impiadosa de Elisa Carrió. Pero la lista no finalizaría aquí: la líder de la Coalición Cívica ya le apuntó su mira al designado canciller Jorge Faurie.

La decisión del Presidente de nombrar a quien se desempeñaba como embajador en Francia como sucesor de Susana Malcorra tomó por sorpresa a Carrió. En su carácter de presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados, hubiera esperado, al menos, una consulta del Gobierno.

En charlas muy reservadas, Carrió habría confesado su malestar y cierta decepción por el nombramiento, sensación que es compartida por buena parte del radicalismo. En estricto off the record, los radicales critican el pasado menemista de Faurie, quien supo tejer una sólida relación con quien fuera el secretario privado del ex presidente Carlos Menem, Ramón Hernández.

Carrió, por lo pronto, encendió una luz amarilla. "Al que viene [por Faurie] no sé ni quién es y obviamente lo voy a investigar primero", aseguró en TN. "Cómo no voy a investigar, si me dicen que tuvo una sociedad con Ramón Hernández", añadió.

Esa amistad con Hernández le costó a Faurie un escándalo en 2002, cuando se reveló que en 1999, cuando revistaba como director de Ceremonial de la Cancillería, le renovó el pasaporte diplomático a su amigo y socio. Ese tipo de pasaportes permite pasar las aduanas sin control y Hernández no lo devolvió cuando finalizó la presidencia de Menem. Cuando estalló el escándalo, tres años después, Faurie se desempeñaba como vicecanciller de Carlos Ruckauf. Fue enviado a la embajada de Portugal.

Faurie también fue denunciado en 2002 ante la Oficina Anticorrupción por haber omitido consignar en su última declaración jurada una sociedad que compartía con Hernández, Costes SRL, sociedad con domicilio legal en el Alvear Palace Hotel. Según consignó el diario Clarín en esa oportunidad, Faurie explicó que con Hernández tenían planeado poner un restaurante mexicano en el Hipódromo de Palermo, negocio que nunca se concretó.

Más allá de haber aclarado sus asuntos en la Justicia, lo que cuestionan Carrió y el radicalismo es la idoneidad de Faurie para ejercer uno de los cargos más relevantes del Gabinete. "No pretendíamos tanto como un Miguel Zavala Ortiz (canciller del presidente Arturo Illia) o un Carlos Saavedra Lamas (canciller y premio Nobel de la Paz). Pero este nombramiento nos decepciona claramente", despotrican en la UCR.

La designación de Faurie fue promovida por Fulvio Pompeo, secretario de Asuntos Estratégicos de la Presidencia, de aceitada relación con Marcos Peña, el jefe de Gabinete, y asesor de primera línea del Presidente en temas internacionales. Los radicales temen que, de la mano de Pompeo y Faurie, se produzca una avanzada peronista en la Cancillería y rueden las cabezas de radicales.

Los socios de Cambiemos imaginaban que, tras la salida de Malcorra (un secreto a voces desde hace tiempo), el cargo de canciller recaería en Alfonso Prat-Gay. El economista, ex ministro de Hacienda y Finanzas de Macri, fue desplazado de manera intempestiva de su cargo en diciembre pasado por diferencias con el estilo de conducción del gabinete, comandado por Peña. Sin embargo, se despidió en buenos términos; de hecho, desde entonces nunca abjuró del Gobierno ni de la alianza Cambiemos.

La Cancillería fue, desde siempre, la mayor ambición de Prat-Gay. Cuando ya se hablaba de la sucesión de Malcorra, importantes figuras del Gabinete abonaron los rumores de que Prat-Gay volvería al Gobierno, esta vez como ministro de Relaciones Exteriores.

La posibilidad pareció cristalizarse cuando, a principios del mes pasado, Peña invitó a Prat-Gay a almorzar en la Casa Rosada, encuentro que el Gobierno se ocupó de difundir. Sin embargo, las expectativas se derrumbaron el lunes pasado, cuando el Presidente anunció la designación de Faurie. Prat-Gay, cuentan en su entorno, se sintió fuertemente defraudado por la actitud del Gobierno. No fue el único.

“La manipulación mediática hace más daño que la bomba atómica, porque destruye los cerebros ”

Noam Chomsky