Central en alza (ganó el clásico en el Parque, tumbó muñecos contra Racing y empató con River en el mismo Monumental) y Colón en duda (dos derrotas seguidas y apenas dos de doce, después de ese ingreso triunfal de Eduardo Domínguez con siete históricas victorias al hilo). Así se presentaba el especial cruce de Colón contra Rosario Central y contra Paolo Montero en Arroyito.

Afuera, José Néstor Vignatti mirando el cruce de sus aciertos de 70 puntos entre los dos bancos. Es que Paolo, al que buscó en Boca Unidos de Corrientes para esta temporada, le dejó 20 valiosos puntos al Sabalero. Su traición en diciembre bifurcó dos imágenes: gran campaña hasta antes de este partido de Paolo con Central (26 puntos en este año) y mismo concepto de su reemplazante Eduardo Domínguez en Colón (24 puntos en el 2017).

El partido –según Montero, “el del año” para Central- arrancó parejo, con dientes apretados. Avisó el local, con un solitario Teo adentro del área sabalera y el cabezazo con pique al piso se fue al lado del caño de “Fatu”. De tanto querer asegurar el gol…lo erró.

El “Catenaccio” del medio con cinco volantes y “Viruta” solo arriba le daba aire a Colón. Porque Central la manejaba lindo, pero no pasaba nada.

Más allá de mi sentimiento en Central, hoy defiendo a muerte los intereses de Colón. Vinimos a buscar el partido, pero ellos dominaron sin precisión. La más complicada de todas fue la de Carrizo, de volea, en el primer tiempo”
(Fatura Broun - Arquero de Colón)

Y así, Colón crecía a partir del pulpo “Polaco” Bastía que cortaba todo. En un minuto, pasó de todo: primero, contra con auto-pase de Bernardi por derecha, pase gol largo a Vera y el achique del “Rusito” para evitar el 0-1. En la respuesta, sociedad de Teo con Camacho, pase gol a Marco Ruben y “Fatu” que tapa de manera magistral.

Luego de un show innecesario de amarillas de Tello (primero a Menosse, después a Ortiz), el partido cayó en un pozo de errores e imprecisiones, como si se prestaran la pelota para equivocarse.

La primera parte se moría equilibrada, pero sin meter una mano de nocaut, el equipo de Paolo lo ganó en los puntos de las tarjetas de los jurados, porque generó dos muy claras en el final de la etapa.

 

Primero, a los 44 minutos, la armó toda Teo por derecha, se pasó de largo Marco Ruben y fue Menosse llegando a espaldas de Garnier el que la tiró al lado del caño con todo el arco a disposición y Broun regalado en el primer palo. Y a los 45 le quedó a Carrizo (habilitado por Yamil) un penal a la carrera, de volea, y fue “Fatu” Broun quien evitó otra vez el 1-0 para el dueño de casa.

 

En el complemento, de entrada, picó al vacío Marco Ruben, quedó contra la raya, cerrado y decidió resolver con una exquisitez técnica: la picó y el balón caminó por el travesaño.
A los 12 minutos, como intentando olvidar el error garrafal de hace una semana con Gimnasia en Santa Fe, fue el “Fatu” Broun otra vez el que se vistió de súper-arquero y le sacó un misil a Musto, después de una genialidad de Teo.

Con los guantes calientes, tres minutos después, el ex arquero de Central se quedó con un cabezazo a la carrera de Marco Ruben después de un centro de Camacho. Era más Central, se notaba.

Después del error del otro día con Gimnasia, me sentí muy respaldado por todos: mi familia, el entrenador de arqueros, el entrenador y mis compañeros”
(Fatura Broun - Arquero de Colón)

 

 

Y Colón sentía su estrategia de regalar espacio y esperar en el tema tarjetas: primero Torres, después Bastía.

El que se dio cuenta de ésto fue Eduardo Domínguez, que a los 23 mandó a la cancha a un fresquito y joven Legui por un cansado Pereyra. ¿La idea?: correrlo más y mejor a los de Central que se venían.

En esa ruleta, donde el local atacaba y Colón se defendía con criterio, quedó el ojo de la cerradura para Legui: el chico quedó mano a mano con el “Rusito” y el ex arquero de Independiente evitó el grito del silencio tapando.

Era, por momentos, palos de Central y palito de Colón: dos del “canalla” (Broun a Teo y Ruben de cabeza afuera) y una del “Negro” (escapada de Clemente y un penal de esos que a veces se dan: enganchó al frenar y Ferrari se lo llevó puesto). La verdad, dieron un espectáculo tan lindo como inexplicable desde el cero a cero de la chapa del resultado.

En el final, Montero cambió por convicción (Herrera a la cancha) y Domínguez por obligación (Ortiz lesionado, afuera; Olivera adentro) a la hora de mover los bancos. De todos modos, no pasó nada más y el 0 a 0 fue inamovible.

Las seis tarjetas amarillas reflejaron que Colón fue, quizás por primera vez desde que está Eduardo Domínguez con este gran 2017,  a buscar un resultado, pensando en no perder y cortar esas dos derrotas seguidas con Temperley y Gimnasia.

Los dos movimientos de ajedrez del entrenador le salieron, como casi todo en Colón, muy bien: bancó al arquero y fue figura (Broun); puso al “Polaco” Bastía y fue clave en el medio.
Después de dos derrotas, volvió Colón. Lo hizo en Rosario, ante un rival de igual semestre feliz con Montero. En la cuna de la Bandera, Colón le levantó un Monumento a su arquero y otra vez sumó. El sueño de la Copa está intacto.

Ahora se vienen tres partidos con equipos grandes, que pelean arriba por las copas igual que nosotros. Son de riesgo, pero ellos también deben decir “cuidado con Colón”, porque todos nos respetan”
(Fatura Broun - Arquero de Colón)

>>> 5 amarillas con la tarjeta que recibió ayer el “Flaquito” Germán Conti a los 23 minutos del primer tiempo, llegó al límite de amarillas (cinco), por lo que deberá descansar una jornada por sanción y se perderá el partido con San Lorenzo en Santa Fe.

>>> Suena Poblete: cada fecha que pasa y se acerca el final, resulta más complicado que el jugador formado en inferiores y hoy capitán sabalero, el “Pompi” Poblete, firme su contrato para seguir en Colón. El vínculo vence ahora, cuando termina esta temporada y el “5” quedará libre. Como Musto se va, Montero le pidió en silencio a los dirigentes de Central que vayan por Poblete y el nombre ya suena muy fuerte en Arroyito.