Poco antes de viajar a Bruselas para participar en la cumbre de la OTAN y encontrarse con el sucesor de Obama en la Casa Blanca, Donald Trump, Merkel compartió escenario con su antiguo aliado, que regresó a la última ciudad europea que visitó como presidente y acaparó la atención de decenas de miles de personas.
 

"Lo más importante es estar detrás de estos valores que son para nosotros los más importantes y plantar cara a quienes quieran arrinconar estos valores. Creo que esta es una batalla importante que tenemos que disputar", declaró Obama en un acto organizado con motivo del congreso de la Iglesia Evangélica alemana.

"En democracia el compromiso es imprescindible", agregó ante la atenta mirada de la canciller alemana y antes de subrayar que tiene depositada su esperanza en las nuevas generaciones, a quienes espera poder motivar para que asuman un rol de liderazgo y puedan hacer frente a los desafíos que plantea el mundo.

Ambos subrayaron la importancia de reconocer que es imposible alcanzar plenamente los objetivos que se marca un mandatario, como la guerra siria, el drama de los refugiados en el Mediterráneo o el islamismo radical, pero recalcaron la necesidad de perseverar en la búsqueda de las metas marcadas.
 

Merkel defendió de nuevo su criticada política de refugiados, incluido el pacto alcanzado con Turquía para contenerlos, y elogió la solidaridad de millones de alemanes en 2015, cuando llegaron al país 900.000 solicitantes de asilo.

Sin citar a Trump y sus planes de recortes presupuestarios, Obama dejó claro que la ayuda humanitaria o la lucha contra el cambio climático no son "caridad", sino una "inversión" en el bienestar nacional", porque nadie puede aislarse.

Obama era el invitado de honor del Congreso Evangélico, ante el que se ha desplegado un dispositivo reforzado de seguridad y en el que, hasta el domingo, participará la plana mayor de la política alemana y hasta 150.000 asistentes.