El empate en el Clásico Santafesino frente a Colón fue una bocanada de aire fresco para Unión, que llegaba en una racha negativa que aún sigue sin cortar con un triunfo. Incluso, el equipo de la Avenida hace seis fechas que no logra una victoria (tres empates y tres derrotas), mientras que en lo que va del año solo consiguió festejar frente a Talleres, a quien venció por 4-2 en el estadio 15 de Abril. Antes había empatado frente a River y perdido ante el Sabalero y Banfield.

 

La escasa cosecha de puntos hizo que el Tatengue quedara muy relegado en la pelea por ingresar a la próxima edición de la Copa Sudamericana, donde cuando terminó el 2016 figuraba afirmado entre los clasificados. Incluso cuando llegó Pablo Marini, en la conferencia de prensa de presentación, se refirió al objetivo de sumar la mayor cantidad de unidades para poder clasificar al equipo por primera vez a un certamen internacional.

 

Sin embargo la dura derrota en Rafaela y el empate ante Colón hicieron que el Tate quedara aún más relegado en esta carrera de cuando había asumido Marini, lo que dicha meta a esta altura se presenta como una verdadera quimera. Conseguirlo sería casi como una hazaña deportiva.

 

¿Por qué? Porque hoy el conjunto rojiblanco ocupa la 17ª ubicación con 29 puntos y se encuentra a siete de Lanús, el último equipo que se estaría clasificando para el segundo certamen internacional en importancia del continente. Esta distancia cuando solo quedan 18 unidades en disputa parece imposible de descontar.

 

Esta teoría se ve abonada porque, además, entre el Granate y el Tatengue hay cinco equipos que también están esperando un resbalón de los de arriba para meterse en ese grupo privilegiado que va del 6º al 11º lugar. Esos equipos son: Talleres (34), Gimnasia (34), Defensa y Justicia (34), Atlético de Rafaela (33) y Godoy Cruz (31). En tanto, Atlético Tucumán registra 28 puntos (uno menos que Unión) pero tiene un partido pendiente frente a River, en el estadio Monumental José Fierro.