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Politica 15.05.2017

COREA DEL NORTE

Moon Jae-in y el conflicto con Corea del Norte

Liberal de izquierda e hijo de un refugiado norcoreano, el nuevo presidente de Corea del Sur dijo estar dispuesto a reunirse con Kim Jong-un al asumir en busca de pacificar la península.

Por: Agenciafe / Fuente: Telam

Si China y Estados Unidos buscaban a un hombre para negociar con el líder norcoreano, Kim Jong-un, ese es sin duda el nuevo presidente de Corea del Sur, Moon Jae-in, un liberal de izquierda que busca pacificar la península.

No hay duda de que Moon sabe lo que quiere para lograr esta meta que lleva más de 60 años sin concretarse, con Beijing y Washington haciendo de árbitros entre un país capitalista (úndecima economía del planeta) y otro que es una de las últimas rémoras del comunismo del mundo. 

¿Puede este hijo de un refugiado norcoreano que huyó durante la Guerra de Corea (1950-1953) lograr lo que hasta el momento no pudo conseguir ningún líder occidental?

La pregunta no tiene aún una respuesta precisa. Si bien es cierto que no será fácil restablecer el diálogo entre las dos Coreas, Moon tiene algo a favor: es la contracara de la conservadora ex presidenta Park-geun-hye, destituida por el Tribunal Constitucional el 10 de marzo pasado, tras ser acusada de tráfico de influencias. 
 

Park apoyó siempre las maniobras militares conjuntas entre Estados Unidos y Seúl, como una respuesta a las amenazas y a las noticias sobre el desarrollo nuclear norcoreano. 

Moon, por el contrario, ha proclamado que es hora de terminar con las políticas de confrontación entre las dos Coreas, reactivando la llamada "Política del Amanecer", aplicada por los ex presidentes Kim Dae-jung y Roh Moo hyun. 

Moon fue asesor principal durante el gobierno de Roh (2003-2008), quien se entrevistó con el fallecido Kim Jong-il, padre del actual líder norcoreano Kim Jong-un. Pero el acercamiento diplomático quedó congelado con la llegada al poder de los conservadores en Corea del Sur.

Moon, un abogado que trabajó en derechos humanos, nombró primer ministro a Lee Nak-yon -ex gobernador de la provincia Jeolla del Sur- y Suh Hoon como jefe del Servicio de inteligencia Nacional, debido a que este funcionario preparó las dos cumbres intercoreanas que se realizaron en Pyongyang durante el gobierno de Kim Jong-Il.

Luego de ser proclamado presidente por la Asamblea Nacional (Parlamento), para un mandato de cinco años, Moon dijo que está dispuesto a reunirse con Kim si esto significa lograr una paz duradera para la península, después de permanecer técnicamente en guerra tras el armisticio de 1953.
 

 


Se espera que Moon adopte una seria de medidas de buena voluntad hacia el Norte, incluyendo la reapertura del emprendimiento conjunto industrial de Kaesong, y la reanudación de la ayuda económica a Pyongyang.

Se cree, no obstante, que es poco probable que Moon pueda reducir o aliviar las sanciones diplomáticas contra Pyongyang, después de una década de ensayos nucleares y avances en su tecnología de misiles. 

Otra diferencia sustancial que impulsa Moon es que quiere que Seúl sea protagonista en la crisis norcoreana, sin depender de Washington ni de China, negociando directamente con el gobierno de Kim.

El reciente despliegue del sistema de defensa antiaérea Thaad, detrás del paralelo 38° norte que divide la frontera entre ambos países, será otro de los puntos cruciales que enfrentara el nuevo mandatario.
 

"Pocos presidentes coreanos han dicho no a su contraparte estadounidense. Roh Moo-hyun lo intentó hacer con poco éxito. ¿El nuevo presidente será diferente? Probablemente. Lo que nosotros sabemos de Moon es que a menudo es tomado en el contexto de Roh, su amigo, su socio, su mentor".

Precisamente, el jueves Moon habló por teléfono durante cuarenta minutos con el presidente chino, quien lo invitó a una visita oficial a Beijing, un hecho inusual que ocurre por primera vez en la relación entre ambos países.

Para Adrian Zarilli, doctor en Historia de la Universidad de Quilmes, Moon "es un tipo moderado dentro del folclore surcoreano, formado por los liberales y los conservadores nacionalistas que se enfrentan con Corea del Norte. Pyongyang es el gran tema de ellos siempre que hay elecciones".
 

"Lo cierto es que Norcorea es un problema para los propios chinos. Creo que se van a terminar aliando todos. Obviamente, Moon representa el mal menor. Si hubiera ganado el otro candidato conservador sería diferente", dijo Zarrilli.

Más allá de los problemas que enfrenta con Pyongyang, el nuevo mandatario surcoreano deberá resolver varios temas pendientes, entre ellos un acuerdo firmado por Park con Japón por las esclavas sexuales usadas por el ejército nipón durante la Segunda Guerra Mundial.

Durante una conversación telefónica que mantuvo con el primer ministro japonés, Shinzo Abe, el nuevo mandatario fue bastante claro sobre el futuro de ese documento firmado por su antecesora. 

"La realidad es que la mayoría de la población no puede aceptar ese acuerdo", señaló un vocero del gobierno surcoreano. 

Es indudable que la elección de Moon constituye una nueva esperanza para este inestable tablero político de Asia, donde conviven viejos odios representados por Japón, las dos Coreas y China, al que se suma también Estados Unidos. 

Sin embargo, todo puede cambiar en la península de un día para otro, si el joven Kim (considerado un "fanfarrón" por la prensa de Seúl) acepta una negociación con sus compatriotas del Sur.

“Un libro no acabará con la guerra ni podrá alimentar a cien personas, pero puede alimentar las mentes y, a veces, cambiarlas”

Paul Auster