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Información General 11.03.2017

CAPITAL

En abril licitan la restauración de la Casa de la Cultura

Se trata de la obra de recuperación integral del edificio, para crear nuevos espacios culturales. La licitación será el lunes 3 de abril y el plazo de obra es de un año. Demandará una inversión provincial de más de $ 36 millones.

Por: El Litoral /

 En poco más de un año la emblemática Casa de la Cultura de Santa Fe deberá estar totalmente restaurada para alojar la sede del Ministerio de Innovación y Cultura provincial, nuevas salas de exposición y una biblioteca de autores regionales.
 
Es que la licitación de restauración del emblemático edificio, construido en 1910 sobre bulevar Gálvez 1274 —intersección con Güemes—, que supo ser antaño la residencia del gobernador, ya tiene fecha. El lunes 3 de abril se conocerán las ofertas de Restauración Patrimonial y Adecuación Arquitectónica, que tienen un presupuesto oficial de $ 36.058.479,54, y un plazo de obra de un año.
 
“Es una intervención importante, con la vocación de dejarla absolutamente restaurada, recuperando el valor de la totalidad de la fachada del edificio, la cubierta de los techos, interiores, refuerzos en la estructura portante del edificio (determinados por un especialista técnico de la UTN) para evitar posibles desplazamientos”, detalló el ministro de Obras Públicas de la provincia, Julio Schneider.
 
“Será la sede del Ministerio de Innovación y Cultura, aunque no funcionará allí la parte administrativa, sino que serán espacios vinculados a la expresión cultural, con una biblioteca de autores regionales, salas de exposiciones y posiblemente se siga denominando Casa de la Cultura, ya que se trata de un nombre muy impuesto”, dijo el ministro.
 
Abandono
 
Hoy la Casa de la Cultura parece detenida en el tiempo. Luego de ser la residencia del gobernador tuvo sus años dorados como espacio cultural de la ciudad pero en las últimas dos décadas sufrió las consecuencias de la falta de mantenimiento y debió ser clausurada.
 
En cambio todo su entorno se fue modificando y, en palabras de Schneider, quedó “en un sector de la ciudad de Santa Fe donde ha habido numerosas intervenciones públicas y privadas que están poniendola en valor”. En ese sentido, la última obra fue la remodelación del bulevar.

Entre las virtudes que destaca el ministro de Obras Públicas se aprecia su “valor arquitectónico y el tipo de construcción; en segundo lugar, lo que significa en términos históricos, y en tercer lugar, su ubicación”, dijo, “además de estar resolviendo un uso acorde a sus posibilidades, con apertura al público y actividades que puedan ser albergadas en una casa de estas características”.
 
Los trabajos
 
Para reparar el edificio se realizará una intervención completa de restauración y puesta en valor de la totalidad de las cuatro fachadas del edificio, cubierta de techos (mansarda) y parcial de interiores, debiendo además realizarse todos aquellos trabajos que sean necesarios para revertir el estado que afecta y compromete la estructura portante del edificio y la situación que compromete la estabilidad del conjunto, de manera tal de restablecer la seguridad integral del inmueble y así mismo dar cumplimiento a lo citado en las Ordenanzas de la Municipalidad de la Ciudad de Santa Fe, según detalla el proyecto.
 
Para ello, se realizará un relevamiento exhaustivo del estado de las superficies de fachadas; retiro de cableados y ménsulas exteriores en desuso; reparación dentro del sector de fachadas a consolidar de todos los perfiles metálicos que se encuentren deteriorados; restauración, consolidación y refuerzo estructural de la estructura metálica de cornisas y bovedillas a los efectos de mejorar su rigidez y resistencia, sin afectar la visual exterior de la misma; y las reparaciones necesarias; adecuación y/o corrección de los niveles de los pisos de los balcones, de manera tal de evitar el posible ingreso de agua desde el exterior hacia el interior; y la limpieza de la totalidad de las fachadas.
 
Para reparar el edificio se realizará una intervención completa de restauración y puesta en valor de la totalidad de las cuatro fachadas del edificio, cubierta de techos (mansarda) y parcial de interiores.
 
Además se retirará todo inserto, instalación o elemento ajeno a los componentes originales de la fachada y de cualquier pieza estructural, revoque u ornato que no mantuviera en firme cohesión con el sustrato o punto de anclaje; y se realizarán tareas de consolidación y refuerzo en los sectores que así lo requieran, agrega el proyecto.
 
Incluye además del tratamiento morfológico y su materialidad, los distintos sub-sistemas que la complementan tales como ornamentaciones originales, carpinterías, instalaciones obsoletas, herrerías, artefactos de iluminación, revestimientos, pisos, vitraux y todo elemento relacionado con su originalidad.
  
Nuevas instalaciones
 
Además de las tareas de restauración y recuperación interior y exterior, se incluirán nuevas instalaciones eléctricas y de telefonía, aire acondicionado y otros rubros necesarios para la lógica actualización de su nueva función juntamente con la utilización de los instrumentos tecnológicos imprescindibles para el desarrollo de las actividades culturales.
 
La historia de la Casa de la Cultura*
 
La casona ubicada en la intersección de bulevar Gálvez y Güemes forma parte del inventario del patrimonio histórico arquitectónico de la ciudad. Su construcción data de 1910 y fue edificada como residencia particular de Dr. Manuel Luciano Leiva, hijo de Don Luciano Leiva, quien fuera gobernador de Santa Fe. En la reja de entrada se conserva aún la fecha de inauguración.
 
Localizada en el centro del amplio terreno, la obra está rodeada de rejas de hierro de singular factura. Sus vitraux, pisos de madera y mármol, cielorrasos moldurados y revestimientos interiores le otorgan valor a su calidad constructiva y originalidad, por lo que se convierte en un ejemplo único de los gustos de la clase alta santafesina de principios de siglo.
 
Implantada en esquina y de modo exento, con un amplio jardín perimetral que permite visualizarlo de forma completa desde distintos ángulos, está delimitado del espacio público por una expresiva y pesada reja de hierro forjado macizo que exalta aún más su abolengo en una capital de provincia.
 
Posee una soberbia escalinata de mármol con barandas talladas en la misma piedra que desde el jardín de acceso sirve como ingreso al plano noble desde donde un gran hall de doble altura permite reconocer las salas, todas ellas, sobrias y elegantemente decoradas.
 
En su planta alta, a la que se llega por una escalera principal de madera, se hallan las habitaciones intimas de la familia y los respectivos baños finamente revestidos.
 
Sus cuatro fachadas están ejecutadas en revoque piedra parís almohadilladas con detalles ornamentales de máscaras y azulejos sobre sus puertas y ventanas.
 
Como remate superior, la casona posee mansardas características de pizarra con ojos de buey, festones y en el coronamiento de su eje compositivo, un pináculo conformado en chapa de zinc.
 
En un semi-subsuelo que ocupa toda la superficie de la planta (300 metros cuadrados), en su función original, se hallaba una amplia sala de juegos y todas las dependencias de servicio tales como cocina, instalaciones auxiliares y depósitos.
 
Las habitaciones del personal de servicio estaban alojadas en las buhardillas dentro de las mansardas, en un estándar muy inferior de confort, denotando aquí un marcado contraste de calidades entre los modos de habitar de servidos y sirvientes de aquellos años de la república.
 
La planta noble, sobre-elevada, se sustenta sobre una planta rehundida a medio nivel; una escalinata de mármol permite el ingreso a un gran hall de recepción sobre el que balconean las habitaciones del primer piso, alrededor se ubican el gran salón con boiserie y cielorrasos moldurados, el salón o biblioteca, el gran comedor y el fumoir.
 
El subsuelo, aloja las dependencias de servicio, destacándose el azulejado de la cocina; el arranque de la escalera principal desde este nivel supone un uso social complementario y, según narraciones, se ubicaba allí la sala de juego y billares; la buhardilla, en cambio, carece de detalles revelando el sentido de servicio y habitaciones de personal.
 
El volumen exterior evidencia los tres sectores superpuestos: servicio, social e íntimo. En el basamento (servicio) predominan los lleno sobre el vacío (ojos de buey); en el desarrollo (abarca área social e íntima) de exquisito tratamiento, se destacan amplias aberturas con balcones, decoraciones de molduras, mayólicas y mascarones con representaciones de las artes, y en el coronamiento (buhardilla) se define una fuerte cornisa y friso rematando en crestería y pináculos de zinc enmarcando la mansarda de pizarras.
 
Hoy esta casa de la “belle époque” es propiedad del Gobierno Provincial y es más conocida como la Casa de la Cultura. El edificio está considerado como Patrimonio Histórico Santafesino y declarado con “Grado de Protección 1”.
 
Su pintoresco entorno de jardines perimetrales fue perdiendo escala con el correr del tiempo. En el transcurso de los años, la propiedad fue siendo subdividida y su espacio circundante, otrora en función de la casa ejerciendo su rol protagónico, fue cediendo superficies para otras necesidades contingentes de las sucesivas administraciones que operaron en desmedro de la escala y la armonía del casco original de la residencia y su terreno circundante.
 

“Nunca rompas el silencio si no es para mejorarlo”

Beethoven