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Información General 29.01.2017

COSTA ARGENTINA

Los guardianes de la costa y la pelea diaria contra las carencias

 Entrenamientos exigentes, capacitación constante y una preocupante falta de elementos son los requerimientos y dificultades con los que los guardavidas deben lidiar para preservar la salud del turista. 

Por: Agenciafe/Infobae /

 Hace seis días Carolina Uriarte, una joven guardavidas tandilense, compartió en sus redes sociales un video en el que se trasluce la perfecta descripción de un día habitual. En las imágenes, grabadas desde un teléfono celular, se aprecia cómo la pronta y eficaz reacción del equipo de rescatistas resulta vital para salvar a tres bañistas que habían quedado atrapados en el mar de Monte Hermoso.

Cada temporada, miles de turistas eligen esa combinación de tranquilidad y euforia que ofrece la Costa Atlántica. Para los visitantes, el chapuzón en el las gélidas aguas es más que una tentación, una actividad casi obligada. Están los que se conforman con solo probar la temperatura en la orilla, y también están aquellos más fanáticos, que suelen pasar jornadas enteras internados entre las olas.

Desoyendo las recomendaciones, ignorando los consejos o desafiando la fuerza de la marea, algunos no tienen reparos en los peligros de no respetar al mar. El trabajo de los guardavidas es entonces fundamental para preservar la salud de los veraneante y que las vacaciones se desarrollen con la tranquilidad y seguridad necesarias.

La profesión de los guardianes de la costa requiere una vocación y disciplina inquebrantables, como todas aquellas que requieren arriesgar la propia vida en pos de salvaguardar la del otro. Conscientes que sobre sus hombros pesa la responsabilidad de bregar por el bienestar de mucha gente, dedican largas horas de sus días a un riguroso entrenamiento físico y capacitación teórica durante el todo el transcurso del año.

La joven antes mencionada, junto a Nicolás Acuña (24) y Sebastián Belloni (37) fueron los héroes de aquella jornada en las playas de Monte Hermoso. Su eficiente labor le valió posicionarse el centro de la escena a lo largo de varios días y también a la profesión en sí. La tarea realizada día a día por los rescatistas gana en magnitud si se tiene en cuenta ciertas dificultades que existen detrás de la actividad que los apasiona. Los méritos de los guardavidas se acrecienta aún más en los lugares donde no se disponen de herramientas esenciales.

La carencia de elementos de trabajo es alarmante en algunos balnearios. En dialogo con Infobae, Nicolás detalló hasta qué punto puede alcanzar la precariedad laboral: "Muchas veces los guardavidas deben llevar sus propios elementos. Para que te imagines, una vez estuvimos 15 días con un solo torpedo dado por la playa y en el rescate del otro día eran tres personas".

De acuerdo al joven, lo ideal es que el empleador pueda proveer aletas, a pesar de ser un elemento personal. "En nuestro caso nos las robaron de noche", revela, además de también recalcar la necesidad y la disposición de las sogas y binoculares.

Una de las dificultades más comunes son los sitios de monitoreo, muchos de ellos en estado inadecuado: "Es importante un puesto seguro, firme y, fundamentalmente, con buena altura. Es por esto último que es frecuente ver que se suben sillas arriba de la tarima", agrega.

La buena comunicación por handy es indispensable para suplir otra deuda con la playa: los puestos fijos están muy separados, a cada 300 metros aproximadamente. En cuanto a embarcaciones, Nicolás comentó que poseen un gomón, que en ocasiones como la del rescate es inútil debido a la rompiente. En ése caso, una moto de agua hubiese resultado provechoso, indicó: "En este puesto somos los tres timoneles, cualquiera podría utilizarla".

El rol de bañero quedó en el pasado. Aconsejando, brindando información turística, cada vigilante playero es un agente social que está al servicio de las necesidades en la vía pública, incluso para colaborar en situaciones de premura. "El rescate ocupa el 5 por ciento de nuestro tiempo. Es el ultimo eslabón de algo que no se puede evitar antes. Después nos dedicamos a capacitarnos en otras cosas como náutica, tránsito vehicular y accidentes, charlamos con los bomberos, intercambiamos ideas y de todo eso nos vamos haciendo una idea general de emergencias", afirmó el joven.

Una vida ligada a a la ejercitación física

Para alcanzar el atributo de profesionalismo cada uno de ellos caminaron por un arduo proceso de formación superando instancias evaluadoras sobre técnicas de salvataje, primeros auxilios, normas de seguridad y geografía aplicada al salvamiento, entre otras. Antes de exponer sus cualidades en la temporada deben rendir un examen llamado reválida, una prueba anual de suficiencia, con evaluaciones físicas y, en algunos casos, también teóricas, sumando charlas sobre RCP y primeros auxilios.

Ya en la época veraniega, la ejercitación no se detiene: "Cada uno se entrena por su lado. Tratamos de mantenernos actualizados tanto en lo teórico como en lo práctico. Lo que más nos gusta practicar son pasadas que consisten en correr desde el puesto, entrar al mar, nadar unos metros y salir. Es lo que más hacemos, entre otros trabajos aeróbicos, de esfuerzo, coordinación", explicaron.

Elegido entre los diez guardavidas presentes para la navegación a vela en los últimos Juegos Olímpicos de Río, Acuña remarca que la tarea no se remite solo al periodo vacacional: "La gente tiene la idea de que el guardavidas aparece solamente en el verano y en realidad durante el año cada uno tiene su actividad. En mi caso estudio biología y trabajo. Sin embargo, todo el año nos estamos entrenando, capacitando física y teóricamente para poder llegar en óptimas condiciones al verano".

“La manipulación mediática hace más daño que la bomba atómica, porque destruye los cerebros ”

Noam Chomsky