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Información General 02.12.2016

CHUBUT

Un bosque de árboles milenarios en el Parque Nacional Los Alerces

"El Abuelo", el viejo árbol de 2.620 años, convive con poblaciones de especies en peligro de extinción como el huemul, el pudú, la paloma araucaria y el gato huiña.

Por: Por Abel Sanabria para Télam /

 El verde intenso del agua que rodea al Alerzal Milenario del Parque Nacional Los Alerces subyuga a los más de 200.000 turistas que anualmente llegan hasta allí para sacarse una foto junto a "El Abuelo", el viejo árbol de 2.620 años que convive con otros de su especie, casi tan ancianos como él, en ese lugar de ensueño.
 
Al alerzal se llega desde Puerto Chucao, tras casi media hora de navegación por el lago Menéndez, en cuya Isla Grande vive una rana, inexistente en otra parte del mundo.
 
"Este lugar es intangible para garantizar la existencia de ese animal, auténticamente argentino, que los científicos llaman microendémico", contó a Télam el secretario de Turismo de Trevelin, Víctor Yáñez, durante la travesía.
 
La excursión lacustre es uno de los paseos más atractivos que los turistas y lugareños pueden hacer dentro del parque.
 
Tras atravesar en catamarán el lago Menéndez, rodeado en sus laderas por los más bellos bosques de coihues, lengas y cipreses que contrastan con los cerros nevados, se desembarca en Puerto Sagrario donde comienza un trekking por el bosque y luego por la selva valdiviana, donde se observan helechos, lianas y hongos.
 
Allí el agua del río Arrayán cambia del azul al verde al caer desde unos 65 metros a la laguna de El Cisne, y luego de tropezar con las piedras, la espuma blanca consagra el paisaje.
 
A lo largo del recorrido, un pequeño pájaro, el Chucao, marrón tornasolado y azul, rompe el silencio del bosque con un silbido burlón, que calla cuando corre sobre las raíces de esos árboles gigantes para esconderse entre las matas más bajas.
Tras unos pocos metros, se impone la visión de los colosos de madera viva: los alerces milenarios, especie de la flora andino-patagónica de la más longevas del planeta y el tesoro mejor guardado dentro del Parque Nacional.
 
El nombre original de estos árboles es "lahuan", que en lengua mapuche significa "abuelo", es decir, el que guarda toda la sabiduría.
 
Y es justamente el ejemplar conocido como "El Abuelo" el protagonista de la fotografía que nadie quiere dejar de tener: 57 metros de alto, 2,20 metros de diámetro y 2.620 años de vida, como indica el cartel que lo acompaña.
 
Presente allí bastante antes de la aparición de Jesucristo, quizás llegue a ser testigo también de la venida de extraterrestres o de una nueva glaciación, ya que se supone que su término de vida supera los 4.000 años. 
 
Los voceros de Parques Nacionales explicaron que Los Alerces se divide en una parte "de uso público" y otra de "uso no público", esquema general que respetan todos los parques del país para preservar la naturaleza.
 
Detallaron que pueden tener "hasta 15 categorías de conservación, como la reserva, la reserva natural, la reserva educativa, la reserva estricta, la reserva silvestre, el monumento natural y el parque interjurisdiccional", por citar algunas.
 
Por eso, el Parque Nacional Los Alerces cuenta en su sector oriental con hosterías y campings, restaurantes y lugares con parrilla para hacerse su propio asado o realizar un picnic; y otro occidental, como el del alerzal, donde sólo hay pasarelas y puertos para el amarre de los barcos que cruzan el lago, con desarrollos comerciales muy limitados, a fin de preservar esas maravillas.
 
Las rampas, aclararon, conforman "un sistema de pasarelas similar al del Parque Nacional Los Glaciares, que tiene un enrejado galvanizado antideslizante, aún con nieve, que permite un mantenimiento más económico, que deja pasar la luz y que tiene lugar abajo para no frenar a los animales".
 
Los expertos explicaron que los lugareños recorren todo el tiempo el parque porque su infraestructura les facilita los recorridos, por lo que se estima que duplican en número a los turistas, pero en térmicos estadísticos se calcula que los visitantes anuales son 200.000.
 
Ya de regreso, en Villa Futalaufquen, sede de la intendencia del parque, puede visitarse el Centro de Interpretación para comprender en detalle la delicada armonía de los paisajes y seres vivos del entorno.
 
Gracias a que el impacto del hombre ha sido mínimo en su ecosistema, es una de las áreas protegidas más valiosas de la Patagonia argentina.
 
De allí que el Parque Nacional Los Alerces cuente con poblaciones de especies en peligro de extinción como el huemul, el pudú, la paloma araucaria y el gato huiña.
 
Y con un paisaje natural donde conviven bosques, lagos, cascadas, rápidos, montañas e imponentes glaciares de altura, como el Torrecillas, que la vista y el corazón humanos no pueden dejar de conocer. 
 

“La manipulación mediática hace más daño que la bomba atómica, porque destruye los cerebros ”

Noam Chomsky