Sociedad 18.08.2016
LOCALES
En Santo Tomé construyen refugios para perros con cajas
Los alumnos de 1º año de la Escuela Nº 3071 La Inmaculada construyen refugios solidarios para los animales en situación de calle, los que son elaborados con envases tetra brik y cajas. Si bien las casitas son de distintos tamaños, los materiales son los mismos para todos: cajas, botellas y cintas de embalar.
Por: Agenciafe/UnoSantaFe /
Los chicos ya culminaron con la primera producción, que se elevó a un total de seis casas. Ahora están encarando la segunda etapa, que consistirá en la elaboración de un total de diez hogares.
Marcela Carrivale, titular de la cátedra de Educación Tecnológica que lleva adelante la iniciativa explicó que la idea surgió a raíz de la diferencia que existe entre los modelos de producción como el taylorismo (división de las distintas tareas del proceso de producción) y el fordismo (producción industrial en serie). Además, desde la materia también se buscó abordar las cuestiones sociales y ecológicas.
La consigna consistía en armar por grupo y mediante alguno de los dos modelos de producción casas para los animales. "Eso surgió como metodología de didáctica de trabajo –relató la docente–. En función de esto, la gente se entusiasmó, por lo que ahora se trabaja como un proyecto más allá de la materia".
Los refugios están construidos con los envases tetra brik. Los alumnos investigaron y en ese camino encontraron que los beneficios de estas cajas eran viables para albergar a los animales.
La docente explicó que los techos y los pisos de los refugios solidarios se elaboran con la parte del aluminio, ya que este tiene una alta capacidad impermeable. Estos envases también tienen la propiedad de aislar la temperatura, por lo cual son frescos en verano y calientes en invierno.
"Estamos usando cajas, hubo una sola señora que nos llevó unas 50 a 60. La verdad es que la recepción fue bastante buena", afirmó Carrivale, quien sostuvo que a partir de las movidas que encaran los proteccionistas, esta iniciativa logró llegar a muchas personas.
La idea era hacer de distinto tamaño para diferentes perros. Hubo una propuesta que fue calificada como muy original, con forma de iglú y elaborada con botellas de plástico. "Pero esta requería mucho material e insumos que las realizadas con cajas", aclaró la profesora.
Todo sirve y nada se tira, ya que los chicos también trabajan con los trapos viejos para producir colchones que se incluyen en los refugios, mientras que con las botellas denominadas PET (descartables) se fabrican los comederos y bebederos. Estos refugios no son eternos, ya que en caso de que la estructura no se pise, estos podrán durar unos cinco meses; si se ubican en un lugar con reparo servirán seis meses.
Marcela Carrivale, titular de la cátedra de Educación Tecnológica que lleva adelante la iniciativa explicó que la idea surgió a raíz de la diferencia que existe entre los modelos de producción como el taylorismo (división de las distintas tareas del proceso de producción) y el fordismo (producción industrial en serie). Además, desde la materia también se buscó abordar las cuestiones sociales y ecológicas.
La consigna consistía en armar por grupo y mediante alguno de los dos modelos de producción casas para los animales. "Eso surgió como metodología de didáctica de trabajo –relató la docente–. En función de esto, la gente se entusiasmó, por lo que ahora se trabaja como un proyecto más allá de la materia".
Los refugios están construidos con los envases tetra brik. Los alumnos investigaron y en ese camino encontraron que los beneficios de estas cajas eran viables para albergar a los animales.
La docente explicó que los techos y los pisos de los refugios solidarios se elaboran con la parte del aluminio, ya que este tiene una alta capacidad impermeable. Estos envases también tienen la propiedad de aislar la temperatura, por lo cual son frescos en verano y calientes en invierno.
"Estamos usando cajas, hubo una sola señora que nos llevó unas 50 a 60. La verdad es que la recepción fue bastante buena", afirmó Carrivale, quien sostuvo que a partir de las movidas que encaran los proteccionistas, esta iniciativa logró llegar a muchas personas.
La idea era hacer de distinto tamaño para diferentes perros. Hubo una propuesta que fue calificada como muy original, con forma de iglú y elaborada con botellas de plástico. "Pero esta requería mucho material e insumos que las realizadas con cajas", aclaró la profesora.
Todo sirve y nada se tira, ya que los chicos también trabajan con los trapos viejos para producir colchones que se incluyen en los refugios, mientras que con las botellas denominadas PET (descartables) se fabrican los comederos y bebederos. Estos refugios no son eternos, ya que en caso de que la estructura no se pise, estos podrán durar unos cinco meses; si se ubican en un lugar con reparo servirán seis meses.