En esta cuarta edición exponen: Shirli Bonino, Estefanía Coronel, Elina Chantiri, Mauricio Gómez, Melisa Guerrero, Ainelen Odasso y Carolina Inés Van Cauwenberghe. Cintia Clara Romero, Rosana Storti y Alfonso Insaurralde son los docentes a cargo de la coordinación de la muestra.
 

Además, vale mencionar que en este marco, el jueves 25 de agosto a las 18, está prevista una charla abierta al público en la que alumnos y docentes se referirán al proceso de producción y los trabajos incluidos en la exposición.

 

Prácticas, experiencias y procesos

“Esta muestra colectiva se toma cual medio de transporte, o travesía en sí misma: siete climas, siete horizontes, siete vidas (ningún gato), siete mundos dentro de este mundo. Se ponen en juego prácticas, experiencias y procesos no sólo de producción sino también de percepción”, escribió Diego E. Suárez para presentar esta propuesta, que define como una invitación a transitar formas de ilusión: “espejismos bidimensionales que nos hacen ingresar a espacios imaginarios; prestidigitaciones hiperrealistas que nos imponen mirar el río hasta pulverizarnos los ojos; pliegues sobre pliegues que evocan la arquitectura del laberinto y de la colmena, metáforas del universo y de la existencia del hombre contemporáneo; electrodomésticos metamorfoseados en imitadores delirantes de Jackson Pollock; una cama suspendida en el aire no es una cama, sin embargo he ahí su reflejo duplicando el vértigo; la extrapolación de la marginalidad a una sala de exposiciones: recurso de reflexión que no representa sino que instala entre nos una forma de desigualdad, en esperanzador contrapunto con un proyecto pedagógico, donde el docente artista plasma el compromiso de dedicar su vida al cultivo de sensibilidades”. 
 

En suma, “el arte aconteciendo colectivamente como entrega individual y, como dijera Diana Aisenberg, como espacio social del cual disponemos para todo aquello que no tiene una respuesta total”, concluye Suárez.