La gobernadora electa de Tokio dejó muy lejos a sus rivales Hiroya Masuda -respaldado por el gobernante Partido Liberal Demócrata (PLD)- con 1,75 millones de votos y a Shuntaro Torigoe, el periodista televisivo Shuntaro Torigoe apoyado por los principales partidos de la oposición, con 1,31 millones.

 

Hasta lanzarse como candidata Koike era diputada nacional del oficialista y conservador PLD e inclusive fue ministra de Defensa y Medio Ambiente en gobiernos anteriores, según informó la agencia de noticias EFE.

 

Pese a desafiar al actual gobierno, fue siempre la favorita en la campaña, tras presentarse como una política con experiencia ya desvinculada de los grandes partidos.

 

"Podía haber pedido el voto por ser mujer, pero la gente que me ha votado porque lo que busca es una nueva forma de gobernar Tokio por encima de los partidos. (...) Me presenté con el objetivo de mejorar la vida de todos los ciudadanos: hombres, mujeres, mayores, niños, discapacitados", aseguró Koike tras su aplastante victoria. 

 

Una de las grandes fortalezas de su campaña fue su decisión de recorrer todos los barrios de la capital ataviada con una banda verde atada a la frente. 

 

Koike no sólo no negó su condición de primera mujer electa gobernadora de Tokio, sino que admitió que recibió "mucho apoyo de las mujeres en esta elección", al tiempo que se comprometió con la promoción de políticas para mejorar las condiciones femeninas.

 

"Creo que empujar estas políticas será bueno para Tokio y traerá felicidad a la capital", dijo sonriente la dirigente conservadora devenida en independiente. 

 

El cargo que asumirá Koike es considerado el segundo más importante del país, por detrás del de primer ministro, ya que el PIB del distrito capitalino nipón sitúa a la región entre las doce mayores economías del mundo.

 

De cara a los grandes desafíos, la nueva gobernadora de Tokio, una ciudad con más 13 millones de habitantes, será la encargada liderar la preparación de la metrópoli para los Juegos Olímpicos Tokio 2020.

 

"Las olimpiadas son algo bueno para nosotros. Quiero usarlas como oportunidad para construir un nuevo Tokio más allá de 2020", apuntó.

 

Ella será la responsable de recoger el testigo de la ciudad de Río de Janeiro en cinco días, cuando comiencen los Juegos Olímpicos, para ponerse al mando de una edición japonesa que ya tuvo que enfrentar varios escándalos.

 

Hasta el momento, la organización se vio salpicada por varios escándalos, como los relacionados con la construcción del estadio olímpico cuyo proyecto original de la arquitecta Zaha Hadid fue desechado por su sobreprecio o el logotipo de los Juegos, que fue descartado tras acusaciones de plagio, recordó EFE.

 

Ante ese escenario complejo de cruces y corrupción, Koike fue tajante: "Quiero revisar cuánto costarán los Juegos Olímpicos a Tokio. Quiero que todo lo relacionado con el presupuesto sea más transparente para los tokiotas. Ese será el primer paso". 

 

La gobernadora electa, que fue presentadora de televisión y traductora de árabe antes de lanzarse a la política, tiene un perfil ecologista, nacionalista y liberal en lo económico.

 

Desde 2003 a 2006 estuvo al frente de la cartera de Medio Ambiente con el gobierno de Junichiro Koizumi, su mentor y gran apoyo político y, en 2007, con el primer gobierno del actual premier, Shinzo Abe, consiguió el hito de ser nombrada la primera mujer al frente del Ministerio de Defensa, aunque renunció 54 días más tarde.

 

En 2008, se presentó como candidata a líder del oficialista PLD y volvió a hacer historia al conseguirlo. 

 

"Con el fin de romper el estancamiento que afronta la sociedad japonesa, creo que el país podría tener también una candidata. Hillary Clinton utiliza la palabra 'techo de cristal' pero en Japón, no es de cristal, es una placa de acero", dijo en referencia la ínfima representación femenina en la política nipona.

 

Hija de un rico comerciante de petróleo y muy celosa de su vida privada, Koike, que en los años 70 vivió y estudió en Egipto, es una mujer perseverante en la arena política,lo que le valió el mote de "la Hillary Clinton japonesa", una figura a la que a ella le gusta compararse y citar.

 

Con su futuro mandato, Tokio llegará a tener cuatro gobernadores desde 2011, y la ex ministra reemplazará al controvertido Yoichi Masuzoe que tuvo que renunciar hace pocos días por un escándalo de malversación de fondos públicos. 

 

La llegada de Koike a la gobernación la coloca como la séptima mujer en ese cargo dentro de las 47 prefecturas (provincias) de Japón, un país en el que sólo hay un 10% de mujeres en el Parlamento.