Esta madrugada, la división Precursores Químicos y Drogas Emergentes de la Policía Federal detuvo a un joven de 22 años en la zona de Parque Avellaneda. Es el primer presunto dealer sospechado de vender pastillas en la fiesta Time Warp de Costa Salguero. En el allanamiento, encontraron pastillas, celulares y más de $30 mil pesos en efectivo, según confirmaron voces cercanas al expediente a Infobae. Hoy por la mañana será trasladado a Comodoro Py para declarar ante el juez Sebastián Casanello.

La investigación se desarrolla de forma conjunta entre el fiscal Miguel Schmun y PROCUNAR, el ala del Ministerio Público encargada de perseguir el tráfico de estupefacientes liderada por el fiscal Diego Iglesias. Su colega del fuero penal económico Miguel Schamun dio la primera alerta. Schamun ya investigaba al joven previamente. Surgió por escuchas telefónicas que habría vendido drogas en la fiesta. El expediente fue remitido por conexidad a Comodoro Py.

El joven, por otra parte, no parece ser un magnate de las drogas sintéticas. "Se lo detuvo en casa de los padres", apunta una fuente. Así, cae el primer sospechoso a cargo de la venta de pastillas en la tragedia que le costó la vida a cinco personas, mientras otros cuatro pelean por su vida en hospitales porteños. El fiscal Federico Delgado ya pidió una larga lista de indagatorias.

La detención del joven de Parque Avellaneda no es la única línea en la que trabaja la PROCUNAR, por otra parte.

Todavía no están disponibles los resultados preliminares de los estudios toxicológicos practicados por el Cuerpo Médico Forense que determinarán qué sustancia o mezcla le costó la vida a las cinco víctimas de Time Warp. Pero, por lo pronto, una hipótesis comienza a tomar forma. No solo se confirma el hallazgo de pastillas "Superman" a base de PMMA en la fiesta, un sintético similar al éxtasis pero más barato y de una toxicidad mucho mayor. Habría algo más en la mezcla. Testimonios recogidos por Iglesias y su equipo, principalmente de la novia de una de las víctimas, apuntan también a una solución de GHB, un poderoso estimulante, que habría circulado en una jarra.

La PROCUNAR sospecha una venta de "gato por liebre"; es decir, que el dealer no haya advertido qué sustancia había en la pastilla, además de la existencia de una dosis accidental elevada con comprimidos que tenían una cantidad de miligramos de droga mucho mayor a la que el cuerpo pueda soportar, algo común en el mercado local.