Deportes 18.04.2016
CON EL GOLEADOR DE RESERVA, NEWELLS SE ACORDÓ DE GANAR EN LA ANTESALA DEL CLÁSICO
Por: Agenciafe/La Capital /
La tempestad leprosa, dentro del cuadro de situación, establecía que Ñuls debía modificar su clima. Que apareciera la victoria para iluminar la vida futbolística. El ahogo por la falta de resultados condujeron al plantel a un estado complicado. Lejos de pelear por algo, sin una identidad ni estilo. Lo único que importaba eran los tres puntos, más aún de cara a un nuevo clásico.
Bajo este pronóstico, Newell’s se presentó frente a Huracán con la misión de inflar en algo su estado de ánimo e intentó marcar presencia con la conducción de Formica. Lo consiguió durante algunos minutos hasta que la visita se acomodó en la cancha, tomó el control de la pelota y ahí todo se modificó. A los ponchazos el rojinegro fue y tuvo un par de situaciones como para golpear, aunque perdió en el intento. La visita tuvo la suya en una clarita con un disparo de Miralles que dio en el travesaño. Luego apareció un penal a Abila, pero no hubo “aval” del árbitro que cobró afuera del área.
Newell’s fue mucha intención contra un Globo que intentaba desinflar el juego. Lo psicológico metía presión a los de Osella, que jugaron con desesperación. Hasta que llegó el momento del alivio. Boyé metió un pase perfecto entre los centrales para que Fértoli se la picara a Díaz y mandara a la rebelde pelota a abrazarse con la red. Para que se pusiera en ventaja y el pibe gritara un gol por primera vez en la máxima categoría.
El chico de El Trébol, ese que venía pidiendo pista con sus gritos en reserva, traía la bendición a este Newell’s pobre en resultados en este último tiempo. No era un gol más, uno con enorme peso por la situación que venía transitando el rojinegro, empantanado en el barro de los marcadores. Por eso el Rayo miraba al cielo en el festejo loco, incrédulo y sorprendido por haber estado en el lugar indicado y definiendo con la calidad que lo venía haciendo en inferiores. Sin amilanarse ante un Díaz que tapó mucho y que transmitía seguridad al Globo. Ni Maxi ni Boyé ni Scocco habían podido abatirlo. El tuvo la suya y golpeó para que el pueblo leproso volviera a sonreír en el Parque después de mucho tiempo.
Es cierto, en la última imagen del encuentro Miralles se lo perdió increíblemente y el Coloso a pleno respiró aliviado. Abal señaló el círculo central y hubo un desahogo general, sobre todo de los jugadores. Los abrazos fueron todos para el pibe Fértoli, el que rompió el maleficio y dejó la mufa atrás para pensar con tranquilidad en Central. El duelo que todos esperan. Otro desafío en camino. Y otra racha para cerrar.
La historia de un goleador de la reserva
Héctor Hugo Fértoli (21 años) tuvo su bautismo en la red en primera. Sólo tenía 9 minutos en cancha distribuidos en dos partidos antes del encuentro de ayer con Huracán. Había debutado con Bernardi, en la 2ª fecha ante Central (V) 0-2, cuando ingresó a los 86’ por Maxi Rodríguez cuando el cotejo estaba 0-1 y con Diego Osella había jugado 5’ frente a Unión (L) 1-1 en la 5ª jornada cuando reemplazó a los 85’ al peruano Luis Advíncula.
Además, había integrado el banco con Ricardo Lunari en 2014, con 19 años, y este año con Juan Pablo Vojvoda como entrenador.
El juvenil, que nació en El Trébol (Santa Fe) el 3 de diciembre de 1994 debutó en reserva el 04/05/2013 ante Godoy Cruz (L) 2-2 cuando Alfredo Berti dispuso su ingreso en lugar de Gabriel Hachen. Ya tiene 54 partidos en reserva (42 como titular) y convirtió 15 goles.
En 2014, Tatín (como le dicen en su pueblo) marcó 3 tantos: uno a Colón y dos a Tigre. Durante 2015 fue el goleador de la reserva con 9 tantos. Y en 2016 hizo 3 en 7 juegos: San Martín (SJ), Rafaela y Tigre.
De cara al clásico del próximo domingo, vale destacar que Fértoli ya le hizo un gol a Central B en la cuarta división de la Rosarina el 02/03/2013.