Las sensaciones en caliente no siempre se ajustan a la realidad. Por eso el día después suele ser otra cosa. Alejandro Donatti puede dar fe de ello. Sentado en una de las tantas escaleras del imponente hotel Radisson de Montevideo hace alusión a varias cosas. Pero básicamente a lo que significó su gol. Por el trámite mismo del partido del jueves, pero también a modo personal por lo ocurrido en Paraná. “Lo grité así para sacarme la bronca”, tira casi a modo se susurro, en la inmensidad del hall del

hotel, donde el resto de la delegación aguarda con sus respectivos equipajes la orden para subir al micro que los trasladará a la estación fluvial para abordar el Buquebús (fue la decisión que se tomó luego de no poder regresar en avión.  

 “Obviamente que me acordé de lo que me pasó contra Patronato. Fue lo primero que pensé y por eso lo grité tanto, para sacarme la bronca. Pero ya está, se dio así y ahora a seguir trabajando para llegar lo mejor posible al partido contra Sarmiento”, agregó el Flaco, recordando ese mal momento que le tocó vivir en Paraná y del que hizo una feroz y tal vez desmedida autocrítica, aunque en definitiva fue lo que sintió.

 

   De lo que no se podía quejar el defensor canalla era del poco tiempo que le había llevado sacarse la espina de aquella pifia de cabeza que le había costado al equipo la primera derrota en el torneo local. Es que iban sólo 13 minutos de partido. “Tal cual”, se sincera. Y rápidamente agrega: “Encima fue en un momento justo porque ellos ya nos habían convertido y nos estaban complicando bastante. Con mi gol es como que pudimos empezar a contrarrestar eso. Igual, más allá de mi gol lo que hoy siento es mucho orgullo por este equipo”.

   —¿Entraste a jugar con ese peso encima, por ahí no pensando en convertir un gol, pero con la mochila de lo que te había ocurrido en Paraná?

   —No, nada que ver. Acá ya todo el mundo me conoce y saben que cuando hago algo mal y siento que perjudico a mis compañeros lo digo. Algunos dijeron que en esa jugada me había perjudicado el sol, pero nada que ver. No quise mentir y sentí que los había perjudicado. Igual ellos me bancaron y se los agradezco.

   —¿Qué porcentaje de la clasificación lograron con este resultado en Montevideo?

   —La verdad que estos tres puntos nos ayudaron muchísimo, pero en lo particular no me gusta hablar antes de que las cosas se concreten y lo mismo piensan todos los jugadores. Acá vamos paso a paso, con mucha tranquilidad y sólo tenemos que pensar en Sarmiento.

   —Pero lo que no pueden obviar es que más allá de la victoria propia la de Nacional ante Palmeiras les dio un espaldarazo más que importante.

   —Por supuesto. Eso lo sabemos, pero no nos modifica nada. Tenemos que estar tranquilos para tratar de hacer un buen partido el lunes en el Gigante. Ya tendremos tiempo más adelante para volver a poner la cabeza en la Copa.

   —¿Las sensaciones son distintas hoy (ayer) que las que tuvieron inmediatamente después del partido?

   —Hoy no sé si son diferentes pero sí son muy lindas, las mejores por supuesto. Por ahí el partido se hizo más duro de lo que esperábamos. De hecho imaginábamos algo así pero hay que reconocer que nos complicaron mucho, especialmente con pelotazos.

   —¿Y del lado de Central cuál es el análisis futbolísitico?

   —Creo que no se jugó bien, pero son esos típicos partidos de Copa en los que no siempre se puede jugar bien. Por suerte lo pudimos sacar adelante, aunque de otra forma a la que este equipo está acostumbrado.

   —Con dos goles de diferencia, que parecieron excesivos, es importante que remarques que no se jugó bien.

   —Sí, pero es lo que hablamos siempre con los muchachos, sobre esto de que cuando no se puede jugar bien hay que ganar como sea. En este partido tuvimos que plasmar otro juego porque no teníamos tanto tiempo la pelota y no podíamos salir con claridad desde el fondo. A partir de eso lo que intentamos fue tirar un poco más atrás el equipo y de defendernos como pudimos. Es que ellos jugaban mucho al pelotazo y era lo que más nos complicaba.

   —Más allá de algún bajón futbolístico que pudieron haber tenido en relación a aquel partido con River en Rosario, este River no fue el mismo, fue mucho más ambicioso y agresivo.

   —Ni hablar, pero es lo que imaginábamos que podía pasar porque estaban urgidos de un resultado positivo. Más allá de eso creo que el grupo estuvo a la altura de las circunstancias porque aun no jugando bien se la bancó en todo momento.