“Volar a Rosario es posicionar a la ciudad en el mapa de las Américas”, aseguró ayer Gustavo Esusy, gerente para Latinoamérica de Copa Airlines, que comenzará a operar en el aeropuerto de Fisherton a partir del 1º de julio cuando llegue el primer vuelo de Panamá a la terminal local, y el día 2 de julio despegue de regreso al país centroamericano. Una opinión coincidente tuvieron desde las agencias de turismo consultadas. El aterrizaje —dijeron— de la compañía abre un importante potencial para la región como atractivo de “turismo y negocios” y en particular fortalece la opción para la materialización de congresos, un sector en el que la ciudad creció bastante en los últimos años.

  El directivo explicó que, después del cambio de postura de la Administración Nacional de Aviación Civil (Anac) para habilitar la nueva ruta en apenas un mes, tras ocho años de presentaciones, ahora acelerarán el foco en la contratación de personal aeroportuario y la apertura de un local comercial en la ciudad.
  Si bien reconoció que la coyuntura económica del país “ha cambiado” y “hoy hay una transición”, volvió a resaltar que “hace ocho años se apunta a la región”. Fue ayer en la presentación formal de los vuelos en el aeropuerto frente a la intendenta Mónica Fein, autoridades provinciales y nacionales, empresarios y representantes de las principales agencias de turismo rosarinas. En efecto, la jefa municipal pidió promociones que permitan “generar negocios para la ciudad”.
  “Hoy los rosarinos y los santafesinos ya vuelan con Copa vía Córdoba o Buenos Aires, lo que estamos haciendo ahora es acercarles el servicio hasta la puerta de su casa y al mismo precio que pagan en la actualidad si salen desde Buenos Aires o Córdoba”, destacó Esusy.
  
Cuatro por semana. “En primera instancia habrá cuatro vuelos por semana, con la idea llegar a uno por día”, reforzó sobre el anuncio realizado la semana pasada cuando explicó también que ofrecerán un avión “de clase ejecutiva”, que permitirá conectar, a través del hub de las Américas en el aeropuerto de Tocumen (Panamá), hacia 12 ciudades de Estados Unidos sin hacer trámites de aduana en el tránsito y hasta un total de 74 destinos, con una fuerte capilaridad en Centroamérica y el Caribe.
  La compañía cuenta con una flota de cien aviones. Desde Rosario partirán los Boeing 737/800 con capacidad para 154 pasajeros, 16 en clase ejecutiva. Los vuelos en la web de la compañía estarán disponibles a partir de mañana, pero ya pueden ser contratados en las agencias de viajes. El objetivo inicial de empresa es arrancar captando pasajeros con las vacaciones de invierno.

Cautela por la continuidad de Aerolíneas en la ciudad

En el sector turismo existe optimismo con el desembarco de Copa y LAN en Rosario, pero hubo cautela sobre lo que ocurrirá con el plan de negocios que definirá Aerolíneas Argentinas y el impacto de estas decisiones para el aeropuerto local. También se admitieron dudas sobre la continuidad de las operaciones de las rutas de Sol.
  Desde el Estado provincial y local manifestaron que siguen de cerca las negociaciones. Lo cierto es que hasta ahora la única firma que sostiene el interés es la compañía de capitales paraguayos y bolivianos Amaszonas, que acaban de comprar la áerea uruguaya BQB a Buquebus.
  Amaszonas es una empresa fundada en 1998 y cuenta hoy con un vuelo a Salta en Argentina. Su fuerte son varias rutas nacionales dentro de Bolivia y cuenta entre sus destinos internacionales a Montevideo, Lima, Asunción, Cuzco, Arequipa, Cuiaba y Campo Grande e Iquique.

Llega a Rosario el segundo avión más grande del mundo

 Mañana, a las 7.45, aterrizará en el Aeropuerto Internacional Rosario por segunda vez en la historia de la ciudad el gigante ucraniano Antonov AN-124 “Ruslán”, la segunda máquina más grande del mundo, que había venido en 1998. Así lo confirmó ayer Raúl Garo, presidente del directorio de la aeroestación de Fisherton.
  El avión, desarrollado en la antigua Unión Soviética en plena Guerra Fría como respuesta al Lockheed C-5A Galaxy estadounidense, arribará a Rosario trayendo una importante pieza para el generador de la usina termoeléctrica “San Martín”, que se encuentra en Timbúes y estará en la terminal local hasta el próximo lunes.
  Se especula que una de las calles de rodaje será clausurada para su estadía, ya que si se lo estaciona en la plataforma no habrá lugar para los vuelos regulares que tiene el Islas Malvinas.
  La última vez que una de las 53 unidades del AN-124 que existen pisó suelo argentino fue cuando una de ellas llevó el satélite Arsat 2 desde Bariloche a la base de la Guyana Francesa, desde donde fue lanzado al espacio.
  El Islas Malvinas oficiará de anfitrión del avión ucraniano por segunda vez, ya que en 1998 el “Rusla” trajo un generador para una empresa metalúrgica radicada en San Nicolás.
  En aquella oportunidad, un 24 de abril, el AN-124 aterrizó a las 16.45 proveniente de Luxemburgo, y despegó el día siguiente, a la misma hora. Durante esas 24 horas, fue celosamente custodiado por la entonces Policía Aeronáutica, y fue el centro de atención de miles y miles de personas que se acercaron a verlo.
  Luego de la caída de la Unión Soviética, la compañía Antonov quedó en su sede en la capital ucraniana de Kiev y desde allí siguió con la producción de AN-124 y de su hermano mayor, el AN-225, el avión más grande del mundo, modelo que tiene una sola aeronave. Los últimos AN-124 se construyeron entre 2001 y 2005.
  Del top five de aviones más grandes del mundo, el Antonov y el Boeing 747 de Aerolíneas Argentinas, que llevó a cabo vuelos a Estados Unidos y Europa en los 80, son las únicas naves que llegaron a Rosario. ¿Las que faltan? El Airbus A380, el Antonov AN-225 “Mriya” y el Hércules H-4 “Spruce Goose” desarrollado por Howard Hughes, que voló una sola vez en 1947, completando una distancia de alrededor de dos kilómetros para luego quedar fuera de servicio.