Si de sensaciones se trata, Damián Musto la supo lunga. Por la intensidad del partido, por el trámite cambiante, por el tránsito alocado de la alegría del triunfo casi seguro al desencanto que provocó el empate de Banfield. Pero más que nada por lo que le tocó vivir en carne propia. ¿El gol? Es lo de menos. Aunque haya sido justo esa acción la que despertó en el volante central canalla ese revoltijo de sentimientos encontrados que desembocó en ese llanto tan sentido que en el medio del partido nadie entendía. No parecía propio de un festejo clásico. “Que haya entrado ahí lo hizo el de arriba”, le dijo a Ovación el casildense, con los ojos vidriosos, a la hora de hacer referencia una vez más a ese amigo, el “Tanque” Francisco Alvarado, que lo había abandonado la noche anterior al partido, provocándole un alto grado de dificultad a la hora de conciliar el sueño. “Ese gol fue todo de él”, sintetizó el mediocampista cuando intentó ponerle palabras a un momento que lo acompañará a modo de recuerdo por el resto de sus días.

  “No fue fácil para mí porque pasé una situación especial. Perdí un amigo importante, que me enseñó muchas cosas en la vida. El sabe que lo voy a llevar siempre adentro”, destacó Musto, casi como olvidándose de esos 90 minutos contra Banfield en los que para Ovación fue la figura del partido. Claro, había un halo de sensaciones que iban mucho más allá del destino de una pelota, de lo que también habló, por supuesto.
  La noche anterior al partido al volante le avisaron del fallecimiento de su amigo, y le “costó dormir”, aun sabiendo que al día siguiente “había que jugar”. Pero en ese sinceramiento absoluto y muestra de humanidad a la que se expuso aclaró: “Era una persona muy importante para mí, que en el último tiempo me ayudó muchísimo en otra situación familiar que me tocó vivir. Creo que va a descansar en paz, que es lo más importante”.
  Esas palabras sirvieron como preámbulo a lo que fue, ya en términos más futbolísticos que sentimentales, un momento especial por el gol propiamente dicho. “La verdad es que iba a picar al segundo palo porque pensé que Pinola iba a tirar el centro, pero vi que la defensa se quedó parada. Después, por la posición traté de apuntarle a ese palo”. E insistió: “Que se haya metido donde se metió creo que lo hizo el de arriba”.
  Y con eso de a poco ese momento de angustia fue virando hacia un lado más lúdico. Al mejor estilo Lo Celso o Cervi, metió un quiebre de cintura e intentó meterle algo de comicidad a la charla. Recalcando que ese gol “se lo dedico a Franco”, dijo: “Después del partido hablé con varios compañeros y justo le dije a Gil Romero que pateo 20 veces más y no entra ni en pedo”.
  —¿Les faltó sólo definición?
  —Creo que sí, que nos faltó cerrarlo. Es que por nuestra forma de jugar a veces es como que nos cuesta ser mezquinos. Podríamos habernos cuidado un poco más y atacar sólo con los dos delanteros, pero son cosas a mejorar y en las cuales tenemos que madurar porque con la seguidilla de partidos que venimos teniendo tenemos que tratar de cerrar los partidos, sobre todo porque estuvimos en desventaja y levantar el resultado nos implicó un gasto importante. Igual, el gol de Banfield fue por una jugada aislada. No tuvieron jugadas en la que hayan gravitado demasiado y por eso el sabor agridulce que nos quedó por el resultado.
  —Hablás de que pudieron ser más mezquinos. ¿Sabe este Central ser más mezquino o es algo a lo que no está acostumbrado?
  —Creo que nos cuesta un poco, sobre todo por las características de jugadores que tenemos. Con Banfield por ahí nos faltó Gustavo (Colman), que es el jugador que cuando entra sabe darle la pausa al equipo y ayuda al Monito Lo Celso a manejar los tiempos. Igual creo que es un poco raro el análisis de lo que fue el segundo tiempo porque logramos darlo vuelta y en un zapatazo perdimos dos puntos que pueden llegar a ser importantes, más allá de que seguimos arriba y falta una fecha menos.
  —Y que el equipo intente ir siempre para adelante es un atributo o puede tomarse como una falencia el hecho de a veces no saber contenerse un poco?
  —Por momentos eso te juega a favor y otras veces en contra. En lo personal elijo que nos falte algo de eso y no acostumbrarnos a jugar de otra manera y que lo que nos falte sea la rebeldía para poder lastimar. El equipo va para adelante siempre, busca, tiene una actitud bárbara y hasta los que tratan mejor la pelota recuperan mucho y pese a ello sentimos que ningún rival nos supera desde lo físico.
  —De los últimos cinco partidos que jugaron ganaron uno solo. ¿Entra eso en la balanza?
  —Lo nuestro es más partido a partido, sin analizar demasiado ese tipo de estadísticas.
Sí queremos ganar todo y trabajamos como para ir a plantarnos a la cancha que sea. Justo se dio esta seguidilla de partidos en los que se ganó sólo uno, pero hubo otros en los que el resultado fue injusto. Creo que hubo detalles que nos privaron de algunos puntos más, pero la idea del equipo es muy buena y la vamos a defender a muerte.

El gran momento futbolístico

“Estoy tratando de crecer”, apuntó Musto sobre su presente, que es por demás de parejo. Muchas veces sin sobresalir. “Soy un trabajador de esto y pongo lo máximo en el día a día. Me siento bien con la pelota y el Chacho me pide que me haga eje y la haga circular, no que me enamore del pase, sino que toque y vaya a buscar”.
  —En los primeros partidos se hablaba, tal vez por una cuestión lógica, de la ausencia de Nery Domínguez. ¿Sentís que hoy ese es un tema que fue perdiendo fuerza?
  —Eso pasa siempre cuando se va un jugador del nivel de Nery Domínguez. En lo personal trabajo para estar en todos los partidos y no salir nunca. Un jugador como Nery siempre se extrañará porque para nosotros era muy importante.
  —De afuera se ve que la labor del volante central de este equipo no debe ser sencilla porque Montoya, Lo Celso, Cervi, Jonás o Fernández van mas de lo que vienen.
  —Sí, por eso se trabaja mucho en el hecho de recuperar la pelota lo más arriba posible y no ser un equipo tan largo para que los retrocesos no sean tan extensos. Igual creo que los dos que juegan al lado mío como los de más adelante dejan el alma a la hora de recuperar cada pelota.

“Acá siempre hay que sumar de a 3”

—¿El partido ante Banfield puede servir como impulso de cara al partido del miércoles?

—Acá hay que tomar impulso de manera constante. La frase de que “hay que sumar de a tres” es tal cual, porque el miércoles va a ser así y el domingo con Patronato igual y será de esa forma hasta el final. Nos propusimos una meta, que es pelear bien arriba en todos los frentes que juguemos. La del miércoles será una final y la jugaremos como tal.