Es prácticamente el último en bajar al lobby del hotel. No tuvo tiempo de desayunar y su rostro cansado, luego de una noche en la que le costó dormir repasando una y otra vez las fotos de un partido que se le escapó de las manos como el agua, refleja acaso las dos sensaciones que le dejó el debut copero fuera de Arroyito: la amarga de la derrota y la serena de que no está dicha la última palabra ni mucho menos, de que tiene con qué superar el escollo que significó Palmeiras y clasificar, aunque más no sea segundo. La última imagen siempre es la que queda y ella habla de un Central que vendió cara la caída, si "hasta pudimos haberlo ganado", co- mo le confiesa a Ovación. Hay cierta resignación entonces por el resul- tado puesto y "orgu- llo" por los jugadores que dirige, que cayeron pero de pie. Son las 9.15. El micro espera en la salida trasera del hotel desde las 8.30. La combi ya se llevó hace rato a la dirigencia canalla, que acelerará los trámites migratorios en el aeropuerto internacional de Guarulhos. El vuelo de Aerolíneas Argentinas saldrá a las 10, aunque la tranquilidad es que la pista está a escasos 5 minutos. Casi no hay tiempo, pero Coudet tiene la amabilidad de disponer unos minutos más para Ovación. El jefe de seguridad viene a apurarlo pero espera respetuosamente. En apenas unos minutos de charla, el técnico canalla desgrana su pensamiento, el de seguir planteando metas cortas, como ahora lo será Banfield mañana y el miércoles próximo River Plate de Montevideo.

—Las derrotas son derrotas pero por lo menos quedó una buena imagen final.

—Duele perder, de eso no quedan dudas. Al equipo le molesta no quedarse con los tres puntos, pero me parece que terminamos haciendo un gran partido. Hasta el empate me parecía que era injusto. Hay que seguir trabajando, como siempre decimos, y pensar en recuperarnos con Banfield. Sigo analizando que el grupo de la Copa está abierto, que tenemos que enfocarnos en el domingo (mañana) y después veremos qué pasa más adelante.

—La sensación es que cuesta amalgamar a algunos jugadores, sobre todo los más nuevos, varios de los cuales recién ahora podés contarlos para el equipo.

__Hay que tener tranquilidad. El plantel debe rotar por una cuestión relacionada a la parte física, es lo que siempre digo, pero jugamos en Copa, creo que fuimos más que Nacional, más que Palmeiras y hay que estar serenos. Nosotros no debemos corrernos de la estrategia de plantear objetivos cortos, que es lo que nos viene dando resultado.

—No priorizás ningún torneo. ¿Seguís pensando en el partido a partido?

__Exacto, el partido que viene. Así lo pensamos y lo preparamos de la mejor manera. Por ahora creo que venimos bien así y repito: hoy nuestro objetivo es Banfield.

—La imagen final te deja tranquilo al menos.

__Me deja orgulloso de mis jugadores, de que llevan cabo una propuesta y una idea que pregonamos en el día a día. Desplegamos un gran fútbol y a veces los resultados no se dan pero de esta manera seguramente van a ser más los partidos que vamos a ganar.

Ahora sí, no hay tiempo para más. Algunas preguntas más había en el tintero y quedarán para la próxima, se entiende. A saber: ¿es cierto que Giovani Lo Celso, determinante en este equipo, no juega más minutos porque es el que más desgaste hace por lejos cuando es titular y necesita por ende más tiempo de recuperación? ¿Se molestó con Marcelo Larrondo por no ser inteligente el domingo pasado en Santa Fe, pegando dos piques finales inútiles con el partido definido y que le provocaron una distensión muscular? ¿Su razonamiento es que a Central sólo le sirve ser primero en el torneo local y con ser segundo le alcanza en la Copa, al menos en esta fase, y por eso la sensación es que apostó hasta aquí más por el campeonato doméstico? Y si es así, ¿debe cambiar el miércoles ante River por la obligación, ahora sí, del triunfo? Respuestas que Coudet no pudo dar porque no hubo tiempo, pero quizás se obtengan pronto más con los hechos que con las palabras.