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Deportes 25.02.2016

CENTRAL ABRE EL TELÓN DE LA LIBERTADORES EN EL GRAN ESCENARIO ANTE NACIONAL

Después de 10 años, el Canalla vuelve a coparse en la Libertadores. Hará su debut en el Gigante frente a Nacional de Montevideo desde las 19. El Chaqueño Herrera viene de convertir ante River y hoy sería nuevamente titular.

Por: Agenciafe/La Capital /

 Tanta agua pasó debajo del puente... Hubo muchos desaciertos, malos tragos, angustias atragantadas que hicieron que esto que está a punto de comenzar para Rosario Central se viva de una manera especial. No se descubre absolutamente nada cuando se dice que la Copa Libertadores es el campeonato más tentador. No existe otra manera de abordar el tema y elaborar conjeturas sobre tamaño desafío. Y el conjunto canalla  no es ajeno a esos sentimientos. Sólo que esta participación en el torneo continental por excelencia llega no sólo en un momento especial de un equipo que arriba montado en la cresta de la ola futbolística y de rendimiento, sino que se vive de forma excepcional por todos aquellos momentos en los que las penurias dominaron la escena. Será particular también que justo sea en el Gigante de Arroyito (ante Nacional de Montevideo), aunque suene a un mero dato estadístico y de fixture. Diez años después Central se atreve a motorizar la ilusión, a darle rienda suelta a las creencias de que hay material humano y deportivo para pelear. O, al menos, hacer el intento, pero apoyado sobre una base que se considera sólida. Por eso hoy el equipo de Coudet saltará al campo de juego con la intención de hacer extensivo un comportamiento futbolístico que oficia de garante, pero entendiendo que es un premio bien ganado. Y que vale la pena no sólo disfrutar, sino encarar con las mejores expectativas.

  Hay quienes quisieran ponerle un alto grado de lógica a esto que hoy sucede, intentando atribuirle a Central un parentesco con las competencias internacionales que debiera ser moneda corriente y no un hecho aislado, que  provoque sorpresa de vez en cuando. De hecho, previo a los diez años que Central estuvo sin traspasar las fronteras hubo algo de eso. Fácilmente explicable. Entre 1995 y 2006 disputó 13 competencias internacionales (está el título en la Conmebol y hay otras cuatro participaciones en Copa Libertadores). Volvió a incursionar en la Sudamericana recién en 2014, con Miguel Russo como DT.
  Después, la historia conocida. Las flacas campañas, las amenazas del descenso, la consumación del mismo y la lucha por recuperar el lugar en su hábitat natural. Con todo el esfuerzo que implica volver a echar bases.
  No es la intención realizar un revisionismo sobre ciertos sinsabores del pasado para echarle una cucharada de azúcar a este presente, pero el combo se presenta de esta forma y el ejercicio de poner todas esas cosas en la balanza se torna casi imprescindible.
  Lo cierto es que desde esta noche Central empezará a cosechar los frutos de aquella muy buena campaña que realizó tras la llegada de Coudet, que no le alcanzó para alzarse con un título, pero sí para hacerse un lugar entre los destacados del fútbol argentino.
Y esa es la bandera que podrá enarbolar para creer que se puede. Está a la vista el remiendo del equipo por cuestiones físicas o del propio cansancio que provocaron las primeras cuatro fechas del torneo doméstico, pero a eso se contrapone la idea a la que tantas veces hizo referencia el Chacho sobre que tiene un plantel parejo y con recambio, en el que, según su criterio, no hay titulares ni suplentes.
  Pero la imagen de la Copa vale por sí sola. Mucho más que mil palabras. Se trata de un plato sumamente apetecible, en el que los nombres propios seguramente influyen y hacen a las aspiraciones, pero cuando la pelota rueda las contextualizaciones suelen quedar de lado.
  Es Central y la Libertadores. Es éste Central. El que supo erguir su figura y hoy afronta cada partido con una intensidad y un convencimiento que forman parte de su ADN. Será apenas el primer escalón de una escalera que no suele ser para cualquiera. Igual, si la esperanza es lo último que se pierde, este equipo de Coudet tiene todo para animarse a soñar. Y lo hará apuntalándose en su presente futbolístico, pero también sabiendo que se sentará a una mesa de lujo, abriendo el telón en el gran escenario.

Tras una década, tres que repiten

Más de 10 años tuvieron que pasar para que Central volviera a participar en una Copa Libertadores. Y  el destino entrega algunas perlas importantes, que van de la mano con este equipo. Es que tres de los protagonistas de la historia que comenzará a escribirse hoy formaron parte de aquella cruzada, que finalizó en el Gigante, ante Atlético Nacional, en fase de grupos. Eduardo Coudet, Marco Ruben y Cristian Villagra no sólo estuvieron en ese plantel, sino que fueron titulares en aquella noche de lluvia en Arroyito. ¿Un dato más de color? En la Copa de 2004 quienes estaban en el plantel eran Paulo Ferrari y Germán Herrera, hoy nuevamente en el club que los vio nacer.
El Chacho hace más de un año que es el DT canalla. Y cuando llegó pidió por varios jugadores en es especial. Entre ellos Ruben y Villagra. Hoy Coudet estará del otro lado de la línea. Aquella vez fue el capitán.
Esa buena relación que supieron forjar una década atrás es la que hoy los encuentra compartiendo nuevamente un grupo de trabajo. Con roles diferentes, claro.
Ruben, con tres goles, fue el máximo anotador del equipo en esa ocasión. Y el Kity Villagra fue el autor del último tanto canalla en Copa Libertadores.
Diez años después el destino los volvió a juntar. También en una Libertadores.

“Un libro no acabará con la guerra ni podrá alimentar a cien personas, pero puede alimentar las mentes y, a veces, cambiarlas”

Paul Auster