El momento no es el mejor. Casi nunca lo es cuando un entrenador empieza un ciclo. Y si un plantel tenía la determinación de cerrar sus puertas cuando las cosas estaban bien en la primavera de Martino, era lógico suponer que tampoco las abriría ahora que el paso viene muy cambiado y que encima el nuevo técnico llegó envuelto en polémicas. Por eso ayer la presencia de Diego Osella en Bella Vista sólo fue informada a través del medio oficial del club, sin otros testigos que puedan brindar una impresión distinta de cómo fue ese contacto, que deberá reforzar en lo sucesivo para inflar lo anímico, pero sobre todo lo futbolístico. En ese sentido, el perfil del entrenador rompe de movida con el status que se venía imponiendo y que sólo un DT con la espalda de Américo Gallego pudo torcer brevemente. Si de movida, el viernes ante Unión, el ex jugador de breve pero fructífero paso leproso (ver aparte) logra imponer alguna de sus ideas, se empezará a ver sin dudas un Newell's distinto.

Osella tiene muy poca experiencia en el fútbol de primera división y aunque se pueda suponer que ahora toma un fierro caliente, lo cierto es que sus dos asunciones anteriores (en Colón y en Olimpo) fueron en contexto peores, aunque quizás con menos presión popular. Y en ambas aplicó una receta de cerrar líneas, de hacer antes que nada un equipo intenso y aguerrido, que haga sentir la presión al rival y donde muy posiblemente resigne el buen trato de pelota, que es el sello que se quiso imponer como leitmotiv después de Martino con escaso éxito.
“A mí me gustan los equipos intensos, incómodos, de transiciones rápidas”, dijo en la nota exclusiva con Ovación. Y agregó en una respuesta que lo pinta de cuerpo entero: “Me gustan los equipos prácticos, con buen trato de pelota, como a todos y, principalmente, con una disciplina táctica bien clara”. Interpretación: por supuesto que a cualquiera le gusta que a la pelota la traten bien pero lo fundamental es la táctica. Y en el apego a lo que se supone llevará adelante Osella, es lógico que a la mayor preocupación por marcar y asfixiar, a más hincapié en la velocidad de traslación de la pelota cuando se la recupera, menos posibilidades hay de pensar. Se corre el riesgo, claro, de jugar apurado, de tener que volver a empezar una jugada demasiado rápido, pero lo que buscaría Osella de movida es que Newell's sobre todo contagie a su gente desde la entrega. Ese atributo, claro, no puede faltar en la mala y para eso necesitará voces de mando dentro de la cancha, algo de lo que pareció adoler este equipo en los últimos tiempos, porque haciendo un rápido repaso mental: ¿quién asumió ese rol?
En la práctica, los equipos de Osella se pararon alternativamente con un 4-4-2 y un 4-1-4-1, con el que terminó jugando en Olimpo. Este último esquema parece más un equilibrio entre el que traía obstinadamente Newell's del 4-3-3 y el pragmatismo al que necesita abrazarse de acuerdo a la impronta del nuevo entrenador, donde el mediocampo sea el fuelle que alterne agresividad para atacar y sobre todo para defender. Pero como es difícil suponer que Ignacio Scocco o Lucas Boyé queden afuera de la formación, el primer dibujo también tiene cabida y en él habría que ver qué papel cumpliría Maxi Rodríguez, donde en principio no actuaría de delantero como en los últimos tiempos.
Todas suposiciones por ahora, que empezarán a develarse desde hoy, cuando Osella pare por primera vez un once, en el que también puede haber sorpresas, como suele suceder cuando llega un nuevo entrenador.
Y como para que no queden dudas de que aquel aguerrido zaguero hará de la parte física un estandarte, después de la práctica futbolera matutina habrá un doble turno a la tarde, dos días antes del partido debut. Claro que en ese sentido puede ya jugar con que Unión llegará mucho más cansado al Coloso Marcelo Bielsa (ver aparte).
Se atisban vientos de cambio en el parque Independencia. Acaso, una etapa coronada de gloria quede definitivamente atrás, al menos desde las concepciones que dejó. No será el mismo Newell's el viernes cuando empiece a rodar la pelota. De mínima, en este contexto lo necesita.

En las dos ocasiones, llegó a enderezar el rumbo

Osella dirigió a dos equipos en primera división (en la B Nacional, a Tiro Federal y a Patronato) y en ambas ocasiones llegó a enderezar el rumbo. Si bien es cierto que cuando debutó en el fútbol grande, en Colón, aquel campeonato Final 2014 terminó en descenso, cuando asumió el club estaba en el abismo y lo mantuvo con vida hasta la instancia en que perdió el desempate con Rafaela. Y en Olimpo también encaró con éxito una causa perdida, más allá de los últimos resultados de este campeonato.
En Colón asumió en el contexto en que el club fue sancionado por la Fifa por no pagar el pase de un jugador (Falcón) y hasta en la inédita situación en que el equipo no se presentó por falta de pago ante Rafaela de 7 meses adeudados. Así encaró el último torneo, que inclusive lideró hasta cerca del final y terminó 6º con 36 puntos, luego de haber sacado sólo 6 en el Inicial.
Y cuando asumió en Olimpo, llevaba 5 derrotas y 5 empates sin victorias, en riesgo de descenso, y sacó 31 puntos en 20 partidos y lo llevó hasta las finales de la Liguilla Pre Sudamericana.

Jugó poco y ganó sólo 2 partidos en Ñuls: los 2 clásicos

La historia de Diego Mario Francisco Osella como jugador de Newell's fue breve pero intensa. Jugó apenas 5 encuentros en la primera rojinegra y su paso es poco recordado por los hinchas, pero tiene una particularidad que le elevan el currículum: perdió 3 encuentros y ganó sólo 2, y ambos fueron ante la piedra en el zapato de los últimos años: Rosario Central.
No es un dato menor, si se tiene en cuenta que habrá otro clásico en apenas 2 meses, en el Coloso. Osella fue titular en esos 5 encuentros y festejó el ida y vuelta de los choques por la Copa Centenario de 1993. El primero, el 27/6 en el Parque, 2-0 (Garay y Calcaterra) y el 4/7 en el Gigante 1-0 (Castagno Suárez). En ambos fue Roberto Puppo el DT. En inferiores, en la 1ª local que entonces era la importante, jugó 7  clásicos y perdió 1 solo, el primero de ellos, mientras que luego ganó 2 y empató los 4 restantes.
Volviendo a la 1ª, después de esos clásicos, que además fueron sus dos primeros partidos, perdió por el mismo torneo ante Gimnasia La Plata 1-0 (11/7) y ante Deportivo Español 2-1 en cancha de Platense, donde marcó su único gol, de cabeza (18/7).
La Copa Centenario, ganada por Gimnasia fue reconocida como oficial hace poco por la AFA y Osella jugaría un sólo partido más, el único por torneo regular. Fue en la 1ª fecha del Apertura 93 (12/9) ante Mandiyú, con derrota en Corrientes 3-1. Fue reemplazado sobre el final por Hernán Franco, con Jorge Solari de DT.