RESUMEN DE MEDIOS DE LA PROVINCIA DE SANTA FE
Santa Fe, Jue, 28 de mar de 2024
RECIBIR NEWSLETTER

Economía 14.02.2016

EN LA PROVINCIA DE SANTA FE

En Rosario es "casi imposible" conseguir el asado a 90 pesos el kilo como pretende el gobierno

En una extensa recorrida, se comprobó que el costo de un kilo de tira varía en su mayoría en la ciudad entre 100 y 140 pesos, un rango bastante lejano a lo que pregona el funcionario nacional. El asado es uno de los cortes preferidos por los argentinos. El incremento de su costo repercute rápidamente en los bolsillos de la gente.

Por: Agenciafe/La Capital /

 En un contexto de aumentos constantes, el precio de la carne representa un parámetro de referencia muy sensible para las costumbres alimentarias de los argentinos. Es una variable que rápidamente se hace sentir en los bolsillos y se transforma en reclamos. En ese sentido, el pasado lunes el ministro nacional de Agroindustria, Ricardo Buryaile, señaló que el asado debería costar 90 pesos el kilo en los comercios y levantó una gran polémica. Pero más allá de esa declaración de intenciones, tras una extensa recorrida por carnicerías rosarinas, este diario comprobó que el costo de un kilo de tira de asado varía mayoritariamente en la ciudad entre 100 y 140 pesos, un rango bastante lejano a lo que pregona el funcionario nacional.

   Ante cada requerimiento periodístico, los dueños de las carnicerías expresaron su malestar y su enfado con las declaraciones del ministro Buryaile. Entienden que la cifra pretendida de 90 pesos no se relaciona con la realidad de los mostradores locales y que no tiene en cuenta una serie de costos y gastos que debe afrontar un negocio al público en estos momentos. Además, aseguran que no ayuda de ninguna manera a crear un marco de comprensión ante la clientela frente a una escalada de precios.

   Asimismo, propietarios de comercios apuntan que la venta de carnes ha caído un poco en los meses de enero y febrero. Pero se encargaron de aclarar que habitualmente, año a año, hay una merma de venta en estos meses, y luego vuelve a repuntar en marzo, cuando las familias terminan las vacaciones y comienza el ciclo escolar.

   Vale recordar que el ministro de Agroindustria se manifestó públicamente en el inicio de la semana remarcando que el precio de venta del asado “tendría que ser de 90 pesos el kilo”, y deslizó que el valor de la costilla “a la salida de la industria es de 65 pesos” y permite “márgenes lógicos” de negociación.

   Esa aseveración fue rápida y enfáticamente refutada por los principales referentes del sector, entre ellos José García, el presidente de la Asociación de Carniceros de Rosario, quien aseguró que es “imposible” venderlo a ese precio.

   “Decir que compramos a 65 pesos para venderlo a 90 pesos, es no saber nada. Porque la media res que compramos nosotros tiene más de un 30 por ciento que se tira, y después hay algunos cortes que están muy por debajo de lo que pagamos”, destacó el representante de los carniceros.

   García comentó que lo que está bajando en la hacienda en pie es la categoría pesada. “Bajó bastante de acuerdo al precio que tenía en el mes de noviembre pero, de todos modos, eso no es lo que más se vende. Lo que se vende, que son las categorías livianas, prácticamente no ha bajado nada”.

   En tren de análisis, el dirigente subrayó que “el problema de la carne es un problema de oferta, está clarísimo. Si perdimos 10 millones de ganado entre 2005 y 2008, por lo que sea, y sólo recuperamos 2 y el consumo está en los mismos niveles, el problema es de oferta, no se puede achacar a un único eslabón”.

   Y se quejó: “Es muy fácil hablar del sector comercial cuando se desconoce. Realmente no se qué intenciones tiene el ministro con esas declaraciones”.

 Semblanteo. Según lo que pudo recoger el relevamiento de este diario, hay una lectura uniforme, compartida plenamente por quienes están vendiendo carne al público en las distintas carnicerías de la ciudad.

   Más allá del barrio, la estructura del comercio o la cantidad de empleados, todos describen un escenario similar, con muchas características comunes, en el que es “prácticamente imposible” llegar a vender el asado a 90 pesos el kilo.

   Durante la recorrida, en una carnicería de 27 de Febrero al 1400, una de las que ofrece más baratos los cortes de asado (99 pesos el kilo de tira), igualmente el dueño explicó que es muy complicado poder llegar a esa cifra.

Tomó el recibo que tenía al lado de la máquina registradora y le mostró al cronista el ticket de compra de la carne de ese día, a manera de evidente testimonio. “Esto me entró hoy. Es una media res de 89 kilos aproximadamente, y el precio que nos llega es de 57,46 pesos el kilo. Si se tienen en cuenta todos los cortes que no rinden, que hay que vender por debajo del costo, y los gastos del negocio y los empleados, es realmente muy difícil llegar al precio que ponemos. Es un gran esfuerzo y lo hacemos pensando en la gente, para que siga viniendo a comprar”.

   Otro carnicero, en su negocio en la esquina de Entre Ríos y La Paz, destacó: “Yo tengo que vender carne de buena calidad, de ternera, porque es lo que exigen mis clientes en esta zona. Y eso tiene un costo. Por eso no es bueno lo que dijo el ministro. Crea una falsa sensación en la gente”.

   En otro comercio, de zona oeste, el carnicero afirmó que “no se puede vender el asado a 90 pesos. Es prácticamente imposible”. Y ante la suba de precios de la carne, contó que en su local “la gente compra un poco menos de carne y además elige los cortes en relación a los precios”. También advirtió que algunas personas se vuelcan a la compra de cortes de cerdo, que son muy sabrosos también y que están “más accesibles” económicamente en este momento.

   Así, cada charla, cada consulta, cada semblanteo en esta recorrida se dirigió en la misma dirección. Invariablemente, el asado a 90 pesos el kilo parece auténticamente una quimera en la ciudad. Es una aspiración del gobierno nacional que no encuentra un debido correlato en los comercios de la zona y no se traslada a la enorme mayoría de los mostradores de las carnicerías.

“El primer síntoma de que estamos matando nuestros sueños es la falta de tiempo”

Paulo Coelho