En diciembre se había alcanzado el 77 por ciento de la obra y los trabajos continúan a buen ritmo, aunque aún no hay una fecha certera para la inauguración. “Si hubo demoras en los plazos tiene que ver con los finales parciales que va verificando Nación”, explicó Rafael Bono, director de la Regional IV de Educación, y agregó que a partir de una reunión que hubo la semana pasada en Buenos Aires, se confirmó que “continúan los financiamientos”. “De todas maneras la obra no está parada”, aclaró.

 

En ese sentido, el funcionario remarcó que esa es la única obra que se lleva adelante en la Regional IV con fondos del explan 1.000 Escuelas. Las tareas son financiadas por Nación y conducidas por la provincia, además se realizan en un terreno cedido por la Municipalidad de Recreo.

 

Cabe mencionar que la comunidad escolar reclama por la construcción de su propio inmueble desde 2008 y que, en dos oportunidades, se cayó la licitación de la obra. De hecho, en la última oportunidad fue necesario que la provincia interviniera justificando el presupuesto mayor que presentó la única empresa interesada para que no se cayera nuevamente.

 

A la hora de aventurar plazos sobre cuándo podrá estar terminada tanto desde la Regional IV como desde la misma escuela consideran que faltan aún algunos meses y que luego deberá tenerse en cuenta el tiempo de mudanza de todo el mobiliario y los demás recursos.

 

María Lucía André, directora de la escuela, explicó a Diario UNO que hay mucha ansiedad y expectativas en la comunidad por el avance que han tenido los trabajos y confió en que en los primeros meses del ciclo lectivo se puedan mudar.

 

“La escuela fue creada en 2008 y desde el primer día no veíamos la hora de tener nuestro propio espacio. Esto implicó una lucha permanente para lograr espacios para los chicos porque la población adolescente crece mucho en el lugar”, indicó.

 

Y remarcó: “Queremos poder cubrir las expectativas de todos los jóvenes porque quedaron muchos fuera porque no tenemos cupo y la matrícula crece muchísimo”.

 

Hasta el año pasado la escuela funcionó en un edificio que cedió la comunidad mocoví. Pero el inmueble es muy pequeño –tiene solo tres aulas de dimensiones chicas– y no cuenta con las condiciones mínimas para albergar cómodamente a los estudiantes. Es por eso que muchos jóvenes que quieren estudiar se quedan sin banco y no se sienten cómodos como para asistir a otra institución educativa fuera del barrio.

 

Para dar respuesta a esa situación, el Ministerio de Educación habilitó la creación de nuevas secciones. De hecho, en la actualidad hay tres divisiones de primer año y una de segundo, tercero, cuarto y quinto. “Hemos tenido padres que vienen a rogarnos que le hagamos un lugar al hijo, incluso se ofrecen a traer su propio banco y silla pero la realidad es que hay aulas de cinco por cinco metros con 30 chicos amontonados”, lamentó y recordó que el año pasado, por las condiciones en las que se dan clases, hubo un brote de papera en 2º año y se debió suspender el dictado de clases durante dos semanas.

 

En la actualidad, la escuela debe garantizar banco a los egresados de la primaria Nº 1.338 Com Caia pero también recibe matrícula de la Nº 1.277. De todas maneras, para este ciclo lectivo todavía no se completó el cupo. “Con la apertura de 1º C y la refacción de un aula en el edificio antiguo ya pudimos solucionar parte de la demanda. El problema es que ahora tenemos tres 1º y un solo 2º, así que ya tenemos que pensar en un curso más”, anticipó André.

 

 

 

Para los alumnos, docentes, asistentes escolares y directivos de la escuela Nº 509 contar con un edificio no implica solo tener más comodidades sino que es contar con el espacio para consolidar un proyecto institucional que trabaja muy de cerca con la comunidad y con las necesidades de los jóvenes.

 

“Una de las características del nuevo edificio es que está en la misma manzana que el CAC mocoví (centro de asistencia comunitaria). Nosotros tenemos muchos proyectos articulados con ellos; así que va a ser una manzana muy importante para todos”, resaltó André y acotó que hay una gran cantidad de iniciativas que involucran a los adolescentes con otras instituciones del barrio.

 

Finalmente, adelantó que los estudiantes ya eligieron el nombre de la escuela y que están a la espera de la resolución que confirme su utilización a partir de la inauguración del nuevo edificio. “Se eligió como nombre «11 de Octubre» que es el último día de libertad de los pueblos originarios. Si bien no es una escuela bilingüe ni intercultural como la Nº 1.338 sino una escuela común con orientación en ciencias sociales, no dejamos de lado la idiosincrasia de los chicos y su origen étnico”, resaltó la directora.