El gobernador Miguel Lifschitz participó este lunes en Santa Fe de una reunión con el director del Centro de Investigaciones de Recursos Naturales del Instituto Nacional del Agua, Pablo Mercuri, en la cual se abordó la ocurrencia del evento climático “El Niño” y la continuación del fenómeno “La Niña” en el curso de 2016.

“Se convocó a los ministros, secretarios y subsecretarios de las áreas más vinculadas a las cuestiones climáticas, de emergencia, de infraestructura y medioambientales para ver los pronósticos para los próximos meses, la crecida del río Paraná, el Paraguay, el Uruguay y las perspectivas de lluvias y sus impactos en las ciudades y zonas costeras”, dijo Lifschitz.

En ese sentido, el gobernador señaló que “el panorama brindado por el ingeniero Mercuri nos permite organizar nuestra tarea de prevención en el corto plazo y pensar en obras de infraestructura a largo plazo”.

Al ser consultado por los pronósticos para los próximos meses y la situación que vive la provincia con la crecida de los ríos y las precipitaciones, el gobernador sostuvo que “este verano y el otoño van a ser meses de riesgo hídrico. Esto puede variar porque hay muchas variables que pueden incidir pero el riesgo está, por lo cual tenemos que estar prevenidos”, agregó.

Al respecto, indicó que “la provincia está bien preparada para afrontar este tipo de fenómenos: viene desarrollando prácticas preventivas desde hace varios años y trabajando en todo lo que es defensa civil en zonas inundadas, atención de evacuados, e infraestructura, mejorando las defensas y desagües”, subrayó el mandatario santafesino.

HASTA INVIERNO DE 2016

El especialista Pablo Mercuri dijo que “en términos probabilísticos, una posibilidad es que este fenómeno de riesgo hídrico se mantenga. Puede haber algún pico de situación de riesgo en distintas regiones, coincidiendo con alguna crecida del cauce principal del Paraná a lo largo de la provincia durante el verano o hasta mediados del otoño”.

Mercuri explicó que la situación que vive hoy la provincia “no es un evento puntual de una crecida que pasa. Es un fenómeno que tiene una continuidad en el tiempo, una evolución. Ha comenzado durante la salida del otoño pasado, durante la primavera del 2015 y se va a extender hasta el invierno del 2016. Hay que ir analizando los informes climáticos y los pronósticos de corto plazo para estar atentos a cualquier probabilidad de ocurrencia de algún fenómeno extremo”, resaltó.