Luego de idas y vueltas, finalmente se asumió el riesgo de organizar la mayor fiesta verense que parecía condenada a desaparecer, pero la fuerza de la iniciativa privada y el aporte de las comparsas Aerosamba. Verasamba, Ferrumbá, Unidos del Samba y Bambita, lograron rescatar la alegría de Momo en la mayor expresión cultural de la ciudad que volvió reafirmar que “Vera, es el Carnaval de Santa Fe”.

La primera noche contó con la presencia de la ministra de Cultura de la provincia, Susana Rueda, que resaltó este evento como “el reflejo de una sociedad inclusiva que se siente protagonista porque es una fiesta con mucha participación popular”.

El domingo llegó el gobernador de la provincia, Maximiliano Pullaro, quien, como un ciudadano más, vino a participar de la máxima fiesta de los verenses recorriendo el corsódromo acompañado por la intendente Paula Mitre, el senador Osvaldo Sosa, el diputado Sergio Rojas y otros funcionarios, recibiendo el cálido saludo del público, que masivamente asistió desde toda la región a esta nueva convocatoria.

Organización

“La pasión por el carnaval superó cualquier contexto adverso y hemos podido encontrar un formato novedoso para poder ajustar aquellos números de servicios que tornaban inviable la celebración”, afirmó la intendenta de Vera, Paula Mitre.

La mandataria local aseguró que, gracias la buena predisposición de los empresarios y comparsas, “pudimos tener esta fiesta tradicional que año a año nos contagia. En febrero el corazón de Vera late al ritmo del carnaval”.

Conscientes del esfuerzo y la pasión que cada comparsa dedica a sus presentaciones, la Municipalidad realizó un aporte total para las Comparsas de $ 6.000.000, un monto significativo para apoyar a estas agrupaciones.

Sobre el aporte del Estado local, Mitre admitió que, como municipio, “tenemos la responsabilidad de gobernar y ser prudentes, porque una situación no deseada podría impactar en los recursos económicos y comprometer los compromisos económicos. En este contexto solo podemos realizar los gatos indispensables, lo que nos quita toda posibilidad de hacer gastos por fuera”.

Este evento anual, que ya alcanza los 55 años de historia, no solo es una celebración de la cultura y la tradición, sino también una oportunidad para fortalecer el tejido social y promover el turismo en la ciudad.